Tres pomo*

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1.

Receta pa­ra Hervir un Oso

Ingredientes:

- Un oso hi­jo de un ur­sus ar­ctos y de Jean Baudrillard
 — Una olla de 2.5mx2m de Belleza Infinita
 — Un co­la­dor cuántico
 — Una cu­cha­ra de ma­de­ra de bog virgen
 — Jonathan Millán y Miguel Noguera

Como pre­pa­rar­lo:

Ponemos agua a her­vir en la olla y, cuan­do és­ta rom­pa a her­vir, de­po­si­ta­mos cui­da­do­sa­men­te el oso den­tro de ella. Dejarlo co­ci­nan­do du­ran­te 20 mi­nu­tos, dán­do­le vuel­tas de vez en cuan­do, mien­tras el oso va ad­qui­rien­do for­ma y tex­tu­ra al de­cons­truir­se en el agua. Una vez ha­ya pa­sa­do el tiem­po es­ta­ble­ci­do, sé (in)escurre el agua en un co­la­dor cuán­ti­co y lo con­di­men­ta­mos con Jonathan Millán y Miguel Noguera al gus­to. Leer en un lu­gar tran­qui­lo y acom­pa­ñar con su be­bi­da predilecta.

2.

El efec­to Miguel Noguera es un mis­te­rio­so efec­to fí­si­co des­cu­bier­to en la uni­ver­si­dad de Massachusetts al in­ten­tar prac­ti­car una irra­dia­ción nu­clear so­bre un ló­gi­co an­glo­sa­jón que fue aman­te se­cre­to de Gottlob Frege. El fin re­sul­tan­te fue un in­creí­ble au­men­to de las ca­pa­ci­da­des me­ta­ló­gi­cas del su­pues­to fi­ló­so­fo, con­vir­tién­do­lo en un mu­tan­te hu­mo­rís­ti­co de ló­gi­ca hi­per­tro­fia­da. Los su­je­tos que su­fren del «Efecto Miguel Noguera» han de­mos­tra­do una cla­ra ten­den­cia a co­la­bo­rar con pa­cien­tes con el «Trastorno Jonathan Millán«. Estos pa­cien­tes psi­quiá­tri­cos, en con­jun­ción con los aho­ra de­men­ta­dos ló­gi­cos, rea­li­zan di­bu­jos y es­que­mas que res­pal­den y en­fa­ti­cen sus de­li­ran­tes pro­po­si­cio­nes ló­gi­cas; sus di­bu­jos son al­ta­men­te ex­pre­si­vos lo que los ha­ce pe­li­gro­sos por sus exu­be­ran­tes ca­pa­ci­da­des de co­mu­ni­ca­ción no-verbal.

3.

A tra­vés de la hi­per­ve­lo­ci­dad con­se­gui­mos la trans­pa­ren­cia (ca­si) ab­so­lu­ta del hu­mor grá­fi­co. La ba­na­li­dad del mal se con­vier­te en un chis­te so­bre la efec­ti­vi­dad del mal en­ten­di­da co­mo el sui­ci­dio de un ni­ño; los ni­ños, por su par­te, asien­ten des­in­for­ma­dos de su nue­va mo­da ju­ve­nil que abra­zan en­tu­sias­ma­dos co­mo la se­duc­ción de lo ino­cen­te. Nosotros, mien­tras tan­to, de­ci­mos sí. Oso her­vi­do pa­ra co­mer u obscenidad.

* Llamativas teo­rías fran­ce­sas del si­glo XX con­sis­ten­tes en en­ten­der el mun­do co­mo una suer­te de te­le­vi­sión. La te­le­vi­sión, en un inusi­ta­do gi­ro co­rre­la­cio­nal, se con­vier­te en el pa­ra­dig­ma de lo que de­be ser una bue­na en­sa­la­di­lla rusa.

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