No hay nada auténtico en aquel que rehuye sus potencialidades. Nada ni nadie es acto puro, toda posibilidad materializada de aquello que es, sino que toda nuestra vida estamos cruzados por infinitas potencialidades que se van cerrando según las cartas que nos han tocado: cuando somos potencialidad pura nada nos está vedado, porque sólo existimos en la posibilidad de que nuestros padres nos engendren, y cuando somos nula potencialidad todos nos está vedado, porque ya estamos muertos. Entre medio, nuestras potencialidades van disminuyendo con el tiempo hasta ser cero. Al nacer nos vemos determinados por ciertos talentos y faltas inalienables, haciendo a algunos más capacitados que otros para alcanzar ciertos logros —aboliendo así toda posibilidad de igualdad, ya que el techo de hasta donde podemos llegar lo marca nuestro tiempo (de vida y trabajo), pero también nuestro talento innato — , del mismo modo que con el paso del tiempo el decaimiento físico determina el fin de la posibilidad de algunos logros. Desarrollar nuestras potencialidades donde mayor sean nuestros talentos, incluso cuando no quede claro cuales son, es lo que nos lleva a ser en acto. Somos aquello que decidimos hacer con nuestras vidas, ergo somos nuestras potencialidades llevadas en acto.
Have you ever heard about the Higgs Boson blues
I’m goin” down to Geneva baby, gonna teach it to you
Nick Cave abre su alma, la zona intransitada de su escritura —en tanto todo es escritura; escribimos para conocer, y conocer es aquello que hacemos en cada acto trascendental de nuestra existencial, todo lo que implica un gesto cultural que vaya más allá de las necesidades naturales: desde el arte y el deporte hasta el amor o la política — , para hacer una cartografía existencial de todo aquello que le acompaña en el espacio/tiempo del arte. Espacio porque el arte es el lugar donde se circunscriben las verdades del mundo, donde intentan desentrañarse para que el resto de personas puedan aprehenderlas; tiempo porque el arte es el momento donde evolucionan las verdades del mundo, donde intentan trascender para alcanzar una nueva forma más profunda. Conocer el arte es conocer al artista. En tanto todo individuo está atravesado de potencialidades, talentos y experiencias, algunas de ellas frustradas por las circunstancias, todo aquello sedimentado en el subconsciente sale a la luz a través del arte, haciendo posible conocer al artista a través del arte, aunque no al revés. La obra de arte trasciende al artista porque habla de él, pero también habla de otros. de aquel que la aprecia, de nosotros mismos.
A shot rings out to a spiritual groove
Everybody bleeding to that Higgs Boson Blues
¿De qué nos habla 20,000 Days on Earth? Habla del amor y de las lágrimas y del placer sin hablar en ningún momento de ello, dejando que trasluzcan sus contornos a través de todo aquello que escribe; no puede verbalizar las cosas que más le importan, aquello que constituye el núcleo duro de su existencia, porque su proximidad es tan excesiva que se torna inenarrable. No puede tomar distancia para verlo con claridad, sólo puede intuirlo. En sus canciones, en cada una de sus intervenciones, podemos ver su memoria volcada como una verdad irreductible a lo biográfico, un momento de inspiración en el cual la metáfora replica el sentimiento que no se puede traducir en palabras exactas. Es la potencialidad de toda una vida devenida arte.
Can you feel my heartbeat?
Can you feel my heartbeat?
El día veinte mil en la vida de una persona se nos antoja una fecha relevante no por lo redondo de la cifra, sino porque nos podría servir como medida cercana al sentido último de su existencia. En el día veinte mil sobre la tierra de Nick Cave lo seguimos a través de conversaciones, discusiones sobre composiciones, ver películas con sus hijos y charlar con antiguos amigos inesperados en el interior de su coche en un viaje hacia ninguna parte; es un día veinte mil tramposo, pero cumple su cometido: es una radiografía de la posibilidad de un día potencial de su vida. Podemos ver como ha desarrollado su potencialidad, abrazando su talento innato —para las letras, para la música — , y como ha sabido rodearse de la gente necesaria para cumplir sus objetivos, ya que sin Warren Ellis o sin Blixa Bargeld nunca hubiera llegado tan lejos. En lo musical, en lo literario, en lo sentimental o en lo social. Incluso el amor es una potencialidad enredada como la posibilidad de otras potencialidades, provocando así el sentido de pararse a observar el día veinte mil y no otro cualquiera: a los cincuenta y siete la persona de alguien ya está (casi) construida por completo y sus mayores potencialidades cerradas. Lo que se es entonces es lo que (segura, aunque no necesariamente) se será ya para la eternidad, para la memoria histórica de la humanidad.
I’m driving my car down to Geneva
I’m driving my car down to Geneva
Comprender la utilidad del arte, algo por necesidad inútil, es algo que se vuelve acuciante dada la situación. Nos encontramos con que Cave deja atrás toda posibilidad de racionalizar sus escritos, de leerse a sí mismo como un libro a partir del cual interpretar sus letras —porque su vida es la fuente, que no el resultado, de su obra — , en tanto hace arte para descubrir aquello que todavía no conoce. O sí, pero todavía no existen palabras para describirlo. Sólo un artista, un escritor, nos puede mostrar la esencia última del arte, la labor que ejerce en nuestra condición humana en sí misma: la posibilidad de decir lo inefable, de permitirnos ver aquello que está tan próximo que se nos antoja inabarcable. Y con ello, también, convertirnos en seres potencialmente más puros.
Oh let the damn day break
The rainy days always make me sad
Renunciar al arte, a desarrollar nuestro potencial, es huir de todo lo que en la existencia se puede considerar auténtico. Todo lo demás es una necia conjura, un vaudeville de envidias y traiciones con un sólo nombre: La Cobardía Humana.
And you’re the best girl I’ve ever had
Can’t remember anything at all
He sido fan de Cave desde 1982 aprox., pero en los últimos cinco años, vamos, desde que Blixa abandonó The Bad Seeds, está claro que su carrera ha caído en picado y los discos son malísimos. Para suplir la carencia de sus colaboradores y el talento, se ha convertido en una parodia de Artista, como un Leonard Cohen de tercera (que ya le vale), cuando no ha sido nunca más que un cantante de rock sin mucho que decir fuera de los discos. Como el 99% de los rockeros. Y como se puede ver en el documental, por otra parte.
Yo no he podido ser fan de Cave desde hace tanto tiempo porque entra dentro de lo físicamente imposible, pero me considero también (no sin moderación) fan del mismo. Aunque estoy de acuerdo en que sin Blixa la cosa va a menos y que Cave tiene mucho de parodia de sí mismo —y aforista de baratillo, ¿por qué no decirlo?— eso no quita para que le reconozca el mérito al documental, por saber extraer de él algo más, y a lo musical, donde él verdaderamente destaca. Por otra parte, estoy de acuerdo que va a menos pero sólo a medias. El Push The Sky Away me parece un disco brillante y que demuestra que, eh, claro, es un rockero sin mucho más que decir fuera de los discos, de la música, pero por eso me fijo en la música y no en otra cosa: el documental es una excusa, incluso cuando no lo es.