alta tensión

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Después del con­tun­den­te fi­nal de Crank Veneno en la Sangre co­mien­za es­ta se­gun­da par­te, Crank High Voltage, la cual se pue­de de­fi­nir con los tres más, más bes­tia, más su­rrea­lis­ta y con más estilo.

Esta se­gun­da par­te es una hi­pér­bo­le de la pri­me­ra con su pro­pia per­so­na­li­dad. En es­ta oca­sión Chev Chelios des­pués de so­bre­vi­vir sor­pre­si­va­men­te des­pier­ta con un co­ra­zón sin­té­ti­co y con la ne­ce­si­dad de ali­men­tar­se de elec­tri­ci­dad en bús­que­da de su co­ra­zón ro­ba­do. Para se­guir vi­vien­do del mis­mo mo­do se co­nec­ta­ra pin­zas co­nec­ta­das a la ba­te­ría de un co­che en pe­zo­nes y len­gua o se fro­ta­ra se­xual­men­te con una an­cia­na pa­ra ge­ne­rar elec­tri­ci­dad es­tá­ti­ca. Es un ma­nía­co to­do va­le con tal de te­ner un po­co más de tiem­po de­lan­te de si. Y es que en High Voltage la ener­gía lle­ga no tan­to des­de el es­ti­lo co­mo del mis­mo ex­ce­so. Dejando de la­do el ob­vio pa­so ade­lan­te en su ni­vel de sal­va­jis­mo la pe­lí­cu­la abra­za los con­cep­tos mas ma­ni­dos y ri­dícu­los po­si­bles dán­do­les un sen­ti­do nue­vo y ma­ra­vi­llo­so. Hermanos que bus­can ven­gan­za, ca­be­zas sin cuer­po ani­ma­das al mas pu­ro es­ti­lo Sergei Brukhonenko, com­ba­tes de kaiju-eiga o una fies­ta ho­mo­se­xual don­de sue­na Suck My Dick de Dickhead. Todo es ex­ce­si­vo en la pe­lí­cu­la y, le­jos de tor­nar­se ri­dícu­lo, lo ve­mos co­mo ló­gi­co, creí­ble y ma­jes­tuo­so den­tro de su su­rrea­lis­ta contexto.

Así Crank da un pa­so ade­lan­te y ter­mi­na de su­mer­gir­se en la tie­rra de los ex­ce­sos, un tour de for­ce del ab­sur­do y la auto-destrucción con­ti­nua en for­ma de un hom­bre sin co­ra­zón. Literalmente.

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