apuntes sobre la belleza

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Para quien quie­ra ver más allá es ob­vio que la be­lle­za tie­ne in­nu­me­ra­bles for­mas, a ve­ces es­tas for­mas se re­tuer­cen y mez­clan en­tre si pa­ra dar for­ma a un nue­vo ti­po de be­lle­za. Tenemos aquí un ejem­plo en la obra de Suehiro Maruo y en un re­gis­tro li­ge­ra­men­te di­fe­ren­te al su­yo ha­bi­tual en La Extraña Historia de la Isla Panorama.

Esta obra, adap­ta­ción de una obra de Edogawa Rampo, nos na­rra co­mo un es­cri­tor po­bre y so­ña­dor es­cri­be so­bre su pa­raí­so ideal el cual ve la po­si­bi­li­dad de cons­truir cuan­do un an­ti­guo com­pa­ñe­ro de su in­fan­cia y ri­co mag­na­te, idén­ti­co en as­pec­to a el, mue­re sú­bi­ta­men­te. Con la de­ter­mi­na­ción de ha­cer­se pa­sar por el la his­to­ria nos na­rra la crea­ción de es­te pa­raí­so lla­ma­do Isla Panorama.

En con­tra de otras obras del au­tor, aquí la vio­len­cia ape­nas ha­ce ac­to de pre­sen­cia. Todo lo que per­fi­la es har­mo­nio­so gra­cias a unos fi­nos tra­zos mar­ca del au­tor, la in­quie­tud sur­ge en lo per­fec­to de la mis­ma is­la, una is­la si­mé­tri­ca que jue­ga con la pers­pec­ti­va y que des­de lo más al­to se ha­ce ver co­mo una flor. Junto a es­to en­con­tra­mos flo­ra y fau­na exó­ti­ca, re­crea­cio­nes de es­cul­tu­ras, edi­fi­cios y pa­sa­jes po­si­bles e im­po­si­bles de to­dos los tiem­pos y los más be­llos nú­bi­les y nin­fas pa­ra con­for­mar el pa­raí­so en la tie­rra. En es­ta oca­sión so­lo lo exó­ti­co y la de­pra­va­ción de un de­seo hu­mano des­ata­do es el te­rror que ani­da en la obra de Maruo. Un pa­raí­so de be­lle­za, ero­tis­mo y to­da cla­se de excesos.

Finalmente, en­tre to­da la be­lle­za, en­con­tra­mos una re­crea­ción de La Isla de los Muertos de Böcklin en una llu­via de san­gre. Ya que el pa­raí­so no es pa­ra los mor­ta­les su des­tino ul­ti­mo es la re­den­ción, pues quien quie­ra vi­vir en el pa­raí­so an­tes ha­brá de em­pa­par el sue­lo ba­jo sus pies con su sangre.

One thought on “apuntes sobre la belleza”

  1. Me en­can­ta es­te man­ga­ka, y la com­bi­na­ción con Rampo tie­ne que ser muy bue­na, a ver si le echo un ojo.

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