la obscenidad de la velocidad

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En oca­sio­nes se pue­de otear par­te del fu­tu­ro, el co­mo se­rán nues­tras vi­das en unas dé­ca­das con los sú­bi­tos cam­bios que pro­du­cen, ca­da vez mas ace­le­ra­da­men­te, las nue­vas tec­no­lo­gías. Esta ven­ta­na al fu­tu­ro la en­con­tra­mos en Neuroticfish y so­bre­to­do en su Les Chansons Neurotiques.

Con un or­to­do­xo EBM con cier­tos to­ques synth­po­pe­ros nos en­con­tra­mos an­te la sor­pre­sa de que, pe­se a sus evi­den­tes pa­ra­le­lis­mos con Assemblage 23 o Seabound, sue­na fres­co y ori­gi­nal. En cual­quier ca­so lo mas sor­pren­den­te del gru­po de Sascha Mario Klein son las le­tras que acom­pa­ñan de un mo­do per­fec­to a sus can­cio­nes. Sus le­tras siem­pre tra­tan so­bre una te­má­ti­ca co­mún, per­so­nas lu­chan­do por so­bre­vi­vir en un fu­tu­ro som­brío que bien po­dría ser nues­tro pre­sen­te. Todo es­to se ve ar­ti­cu­la­do por la ve­lo­ci­dad la cual, pro­pi­cia­da por las nue­vas tec­no­lo­gías, nos ha­ce vi­si­ble la reali­dad pe­ro que, a su vez, es el mo­tor mis­mo de nues­tra pro­pia des­truc­ción. Todo es­to en­ca­ja per­fec­ta­men­te con sus melodías,de cor­te fu­tu­ris­ta con uso y abu­so de sam­plers y sin­te­ti­za­dor que de­fi­ne, mas si ca­be, esa re­la­ción sim­bió­ti­ca en­tre ve­lo­ci­dad, tec­no­lo­gía y destrucción.

De mano de Klein vi­si­ta­mos un fu­tu­ro de­so­la­dor don­de la ve­lo­ci­dad y el do­lor son los ele­men­tos de­fi­ni­to­rios de una hu­ma­ni­dad per­di­da en su pro­pio avan­ce tec­no­ló­gi­co. Cuando mue­re el don­de, se eri­ge el aquí y ahora.

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