Seguimos con el especial trayendo esta vez al caballero Dani Lain que nos hablará de Soul Reaver como buen conocedor de los videojuegos de PC que es.
Vampiros, los hay clásicos como Drácula, feos como Nosferatu, buenazos capaces de convertirse en feos con problemas sentimentales como Angel y ahora unos que brillan al sol. Hay decenas de vampiros que nos guste o no han conseguido fama mundial y pese a ello mi favorito sigue siendo casi un desconocido en su propio mundillo sangriento, me refiero a Raziel protagonista de Soul Reaver.
Raziel es la mano derecha de Kain, líder de los clanes vampíricos, con la peculiaridad de que estos vampiros evolucionan con el tiempo obteniendo nuevas habilidades. El juego nos sitúa en el momento en que Raziel se adelanta a su irascible líder desarrollando alas. La reacción de Kain es inmediata: mutilación de los nuevos miembros y posterior sacrificio en el abismo.
Comenzamos en el despertar siglos después y prácticamente descompuesto de nuestro héroe. Reanimado por Nosgoth, una deidad más que enigmática empeñada en que Kain y sus hijos, hermanos de Raziel, paguen por sus acciones. El mayor problema al que se enfrenta y a la vez su mejor ventaja es que ya no es ni una sombra de lo que fue. No puede permanecer en el plano real durante mucho tiempo y para mantenerse ya no necesita beber sangre, sino consumir almas absorbiendo de ellas las habilidades de su victima. La ventaja: ahora es capaz de viajar alternativamente por el plano real y el astral. Aunque este último es retorcido y muy distinto del real, por no hablar de que está plagado de almas hostiles lo cual hace que su visita no sea un camino de rosas.
A medida que Raziel avanza en su vendetta se apodera de la Soul Reaver, o devoradora de almas, en una escaramuza contra Kain. Debido a las condiciones “especiales” de nuestro amargado protagonista no se hace con la espada física sino, aunque suene irónico, con el propio espíritu de esta permitiéndole así utilizarla en el plano astral. Armado ahora con la legendaria espada comienza a devorar las almas de los que fueran sus hermanos para llegar de nuevo hasta Kain descubriendo por el camino la verdad que se esconde en su pasado.
Pero el mayor combate de Kain es contra su propio juego. Aunque su jugabilidad es excelente tiene unos graves problemas en lo gráfico incluso para la época en la que fue realizado. Tampoco acompaña la música que, aunque bastante disfrutable, acaba por tornarse excesivamente repetitiva. Así lo único que salva un conjunto deficiente en lo técnico es una más que interesante historia y una jugabilidad a prueba de bombas que aun hoy se puede disfrutar sin mayores problemas. Al menos si se es capaz de ignorar la retro-rotura a la que nos someten los demás elementos del juego.
Un juego endiabladamente divertido por el cual se pueden pasar por alto sus, por otra parte, múltiples defectos para disfrutar la venganza y descubrimiento de la verdad de Raziel. Y es que quizás no sea el mejor juego de su generación, ni su argumento pasará a los anales de la historia, pero de lo que no cabe duda es que un clásico a reivindicar disfrutable como el que más.
el problema de este juego quiza sea ese rollo Metroid de alargarse a base de dar vueltas sin saber muy bien a adonde ir. No es que yo pida linealidad absoluta pero hay muchas formas de darnos un escenario abierto sin que esto se traduzca en pasarnos horas dando vueltas. Sin embargo tiene una mecanica brillante, la lucha en el plano astral, el aumento del numero de poderes a medida que avanzamos y los puzles. Un juego muy inteligente, todo un clasico
Tengo que admitir que me perdí un par de veces la primera vez que me lo pasé pero acaba siendo un sistema bastante simple: no puedo escalar y al acabar el nivel el boss me da esa habilidad, no puedo tocar el agua y poco despues te dan la capacidad de nadar. Solo hay que estar un poco al loro de donde aparecen los obstáculos.