Nextwave, de Warren Ellis
A pesar de que la parodia es tratada de una forma más o menos sistemática, resaltando siempre su importancia radical como método de comprensión profunda de cualquier tema, la sátira en ocasiones parecer ser la hermana fea de la parodia; la sátira tiene el feo honor de ser considerado un género menor cuando es, de facto, anterior en su propósito a su correlato mayor, la parodia. El carácter exagerado y brutal de esta, sumado a la tendencia de quienes la cultivan en condimentarla con unas buenas dosis de ataque hacia aquello que dedican sus esfuerzos en satirizar, produce que sea un género que tiende a producir unas insanas urticarias en aquellos individuos que podríamos definir con precisión como gente con un palo metido en el culo. Debido a que esta sub-especie de ser humano abunda de forma particularmente notable en el mundo académico, o en cualquiera que se pretenda con ínfulas, la sátira es vista como la hermana menor de la parodia que no es, porque de hecho la sátira llega hasta donde la parodia no puede ni soñar: a la completa indiferenciación con el objeto del cual se gesta la sátira.
La función de la sátira es de catalizador extremo de lo que ya es en sí las cosas, por tanto aun cuando puede tener una función humorística siempre lo es a partir del conocimiento de que sólo es llevar hasta el extremo los códigos propios de aquello que se satiriza. Es por ello que cuando Warren Ellis asume el mando de los Nextwave lo hace con la perspectiva de satirizar de forma brutal todos y cada uno de los super-héroes inimaginables que se le pongan por delante, aludiendo siempre al carácter extremo que caracteriza a su obra. Sólo que, en esta ocasión, se le acaba yendo de las manos. Un dinosaurio diablo, koalas asesinos, robots samuráis de cuatro brazos o comandos de asesinos en trajes de pterodáctilo; todo es un constante salto mortal hacia atrás hacia un sinsentido que, sin embargo, nos resulta completamente lógico: lo que nos muestra no es más que la extrapolación extrema de lo que es un cómic en sí.