volando entre las entrañas del mar y las fosas del cielo
El techno, con una querencia especial por el minimal, es un género que desde su misma base está sostenido sobre los principios de la permutabilidad y la ósmosis. Su facilidad para hibridar dentro y fuera de otros géneros, ya sea como conductor o como mero parásito, hace de él un catalizador perfecto de la esencia ctónica de la electrónica. Si además tenemos en cuenta su estrecha relación con las drogas recreativas, especialmente las psicotrópicas, sería bastante sencillo rastrear su capacidad de distorsión de la realidad. Especialmente en temas como Fentiger de Nathan Fake.
En esta ocasión el enfant terrible del minimal hace un tema de laboratorio donde la síntesis perfecta confluye en la necesidad de realizar un estado de normalidad, una progresiva entrada en la alteración sensorial y un pausado cambio final hacia la normalidad. De este modo, prácticamente partida en dos, los primeros tres minutos nos encontramos con una melodía prácticamente desprovista de cualquier clase de artificio en un ejercicio minimal duro; telúrico. La segunda parte sin embargo se recrea en la faceta más líquida y volátil del género desde donde nos hace volar entre el mejor de los mundos posibles; roba la condición líquida ctónica para un carácter celestial. De este modo mientras la primera parte nos sitúa en el lado más oscuro y sórdido del mundo en el segundo quiebra cualquier diferenciación entre lo terráqueo y lo celestial quebrando toda noción de diferencia. En esta síntesis conmuta lo ctónico y lo celestial, lo masculino y lo femenino, en un mismo mar de ensoñación lisérgico.
Con semejante acto litúrgico Nathan Fake consigue lo que sólo las drogas podían conseguir de un modo contundentemente claro, la síntesis de los opuestos en la formación única de homogeneidad. Así el techno en general y el minimal en particular se presentan como el género que auspicia en su seno el acto mismo de la catarsis como liberación del carácter de construcción social impuesto. Y he ahí su magia; su ciencia. El ser es la síntesis entre el ir y el devenir.