La adicción es el deseo estancado que nos lleva a la repetición sin diferencia
The Deaths of Ian Stone, de Dario Piana
El problema de la adicción ha existido de forma constante dentro de la dinámica humana —e incluso fuera de esta, pues la imperiosa necesidad de koalas y osos panda por alimentarse de eucalipto y bambú respectivamente tienen más de adicción que de alimentación — , pero con el capitalismo y la libre distribución de toda clase de productos, por minoritarios que estos fueran, alcanzó sus cuotas más dramáticas. Desde la introducción del opio en China por parte de Inglaterra para debilitar el país y así hacerse con sus rutas comerciales hasta el actual narcotráfico, la adicción es el leit motiv esencial ya no tanto de aquel que es inducido en la adicción, en el deseo estancado que se repite de forma constante negando la posibilidad de todo otro deseo, como de aquel que provee del material para sostener ese mismo deseo; el que se lucra y disfruta es el que distribuidor, pues el adicto es anulado de forma constante en el objeto de su adicción; el adicto no es adicto porque tenga una preferencia evidente por serlo, ya que entonces no sería adicto sino consumidor, sino que es aquel que se ve interpelado por una medición subconsciente de su ser para consumir el objeto de su adicción. El deseo estancado, la adicción, el objeto de la droga, es siempre un acto de auto-opresión hacia sí mismo por parte del consumidor.
Partiendo de esta idea podría interpretarse The Deaths of Ian Stone como una gran metáfora post-freudiana de la adicción en tanto que lo que compone es, en último término, un mundo de adictos. Ian Stone es un sujeto que se ve atacado de forma constante por extrañas criaturas de más allá de nuestro mundo, los segadores, que le dan caza una y otra vez asesinándole y trayéndole a la vida para así poder alimentarse del terror que exhala a cada instante de morir a la par que evitan que recuerde por qué le han elegido para esa recursiva tortura infinita de la cual nutrir su adicción. La película se convierte así en una concatenación más o menos constante de momentos que coinciden tanto con el rememorar de la memoria del propio Ian Stone como el descubrir por parte del espectador que es lo que está aconteciendo entre sí; como en un videojuego donde el protagonista es amnésico para así partir de cero en su conocimiento y conseguir una mayor conexión con el jugador, Ian Stone pretende ser un reflejo del sentimiento del espectador al ver la película. Se busca la compulsión constante, la búsqueda equitativa y paralela del objeto de interés libidinal en el objeto en sí.