La interpretación de la representación siempre pasa por la traducción del sentido
20 Minutes / 40 Years, de Matt Santoro
Aunque en ocasiones se tache de recurso fácil o de comodín para afirmar algo cuando no se sabe que decir, los sueños son una fuente válida como cualquier otra tanto para la creación artística como para la reflexión crítica en sí. Siguiendo los pasos de Carl Gustav Jung los sueños no sólo nos representan hechos específicos del mundo, particularmente de la personalidad de aquel que lo observa, sino que también son una puerta para conocer el propio ser en sí mismo de cada individuo. El sueño, en tanto medio artefáctico, podríamos entenderlo como la posición al respecto de la cual nos situamos completamente desnudos de cualquier máscara ante nosotros mismos; sólo somos nosotros mismos, y no siempre, a través de la propia connotatividad inherente en el sueño.
Cualquier acercamiento hacia 20 Minutes / 40 Years de Matt Santoro, que es a su vez un videoclip del grupo de post-metal Isis, que no sea el de la categoría de ensoñación acabaría en el ridículo esfuerzo de intentar explicar una alegoría que tiene una significación profunda posible hasta un determinado momento donde ya todo carece de sentido. Es por ello que, para analizar ciertas categorías de la representación, no sólo hay que anular la incredulidad sino que además hay que hacer un esfuerzo por comprender que hay ciertos códigos connotativos específicos que permiten que ocurran cosas sin lógica ni explicación en sí dentro de su figurada lógica interna: que algo vuele sin sentido para ello es coherente dentro de la lógica de un sueño. A partir de esta interpretación determinada de la representación, cabe entender que lo que nos representa el vídeo no es una realidad fáctica en sí ‑para lo cual tampoco hacía falta ser un genio para darse cuenta- sino una representación alegórica de alguna clase de sentido último del ámbito preternatural que sólo puede ser explicado a través de la metáfora. El vídeo es, en último término, una representación alegórica de una condición esencial que no puede ser comprendida desde la razón misma.