La realidad sólo se descubre en el eléctrico devenir del mito
Captain Swing and the Electrical Pirates of Cindery Island, de Warren Ellis
Siempre que se pretenda crear una filosofía que se constituya como real para una masa que vaya más allá de la academia, debe constituirse a través de una serie de códigos que la hagan accesible para esta. Es por ello que, siguiendo las ideas filosóficas de Hölderlin, el único modo de devolver a la filosofía la potencia del pasado sería vestirla con las galas de entonces; sólo en una nueva constitución mitológica podremos acercar las posturas filosóficas nuevas hasta el pueblo. Así, en la traducción de términos vagos y difusos que no pasan de la mera especulación, podemos originar una realidad tangible en su metaforidad a través de la cual se puede vislumbrar el mundo en tanto real: sólo a través de lo mitológico, de lo teórico personificado, en forma de metáfora, se puede extraer una realidad fácilmente comprensible para el individuo medio. He ahí el valor último del arte ‑y específicamente la poesía, según Hölderlin‑, pues a través de él podemos cristalizar una realidad que se nos presenta como evasiva y que en la teoría se nos muestra abstrusa.
Bajo esta premisa deberíamos leer la obra de Warren Ellis a dos niveles diferentes: en tanto cómic (que articula una realidad metafórica con respecto del mundo) y en tanto mito para el cómic (que articula una realidad metafórica en el mundo del cómic). Estos dos niveles, que no hacen más que separar dos niveles ontológicos diferentes ‑el del cómic, ficción; el del mundo, realidad‑, en realidad no están separados per sé porque se solapan constantemente en sus discursos: sólo en tanto se demuestra la operancia real de ambos se puede articular un discurso de verdad con respecto de ellos. La realidad en sí sólo se revela en tanto configurada por los dos niveles ontológicos a la vez, sin contradicción entre sí. No hay dos niveles ontológicos diferentes en el cual uno es más real que el otro, o uno configura la realidad y el otro articula una realidad falsa, ambos son parte de la realidad cognoscible como tal.