mira morir el horizonte tras de sí
Lo real sólo existe en contraposición de la exclusión como fáctico de todas las demás posibilidades que contradicen, limitan o colindan con ella misma; sin lo falso no podría existir lo real. Pero nada es tan sencillo pues el mundo evoluciona y lo que fue no es, lo que no fue es y todo ello será, o no. Quizás por eso sea absurdo definir Le Mani Destre Recise Degli Ultimi Uomini de Secret Chiefs 3 como la BSO de una película que no existe.
Desde su primerísima primera nota podemos ver que la pretensión de los dementes Secret Chiefs 3 es conseguir la BSO del giallo definitivo pero, para ello, no se circunscribirán exclusivamente a los sonidos propios del género; asumen el sonido propio de los músicos de cine italianos en conjunto. Con esta premisa en mente nos llevan de la mano por un viaje lisérgico donde las escenas se suceden con una velocidad alarmante. Sin quedarse nunca más que el tiempo estrictamente necesario en cada escena va saltando rápidamente entre estilos; en un momento podemos estar ante un misterio perpetrado tras una neblina digna de Goblin para después pasar a la encantadora épica de Ennio Morricone: la composición tiene un carácter puramente rizomático. El resultado es una descomunal obra catedralicia sustentada en la idea de hacer una película que sería imposible de realizar ya que sería necesaria una capacidad de síntesis que ninguna película podría llevar acabo. Para poder existir la película de noción perfecta debe existir sólo en el orden de lo imaginario; sólo a través de la música que la evoca.