Cuando uno aborda el noise siempre espera, con un cierto grado de necesidad, que se nos muestre como un extremo tan fuera del convencionalismo que no tenga cabida dentro de un discurso lógico-musical que se pueda considerar siquiera cercano al mainstream. Esta visión, simplista e interesada, del mismo delimita el territorio del noise en un circuito mínimo, en una heterotopía de oscura pureza más allá de los límites de lo nominalmente normal; condiciona el discurso a un espacio representacional lejano del concepto música del oyente medio. Es por eso que el noise se podría decir que predica ante conversos: quien se acerca al género discursivo del noise lo hace consciente de su condición necesaria de disrupción anti-académica/mainstream. Por eso es especialmente fascinante cuando en 1999 se enfundara en su traje de pseudo-hippy con el pseudónimo de DJ 光光光 ‑Dj Pica Pica Pica o, para entendernos, Dj Brillante Brillante Brillante- para presentarnos su tan imprescindible como impresentable “Planetary Natural Love Gas Webbin” 199999”
Como Dj de la luz se aleja, al menos en primera instancia, del ruidismo y (casi) cortarse extremidades por accidente para acercarse sin mayor complejo al agradecido ‑al menos en términos de popularidad y movimiento bancario que produce- de los ritmos house y latinos más sensuales. Este acercamiento, siempre a traición, se hace desde las coordenadas de un desordenamiento del discurso donde siempre queda indemne el núcleo del discurso pero disperso el origen pop del mismo; deconstruye hasta las bases la música popular del momento para reconstruirla como el reflejo de luz oscura que hace devolver al abismo la mirada. Pero aquí el abismo en oposición de Lo Popular, la música jungle de tintes caribeños y el house que tanto arrasaron a finales de siglo, no lo encontraría en su homólogo heterotópico de Lo Underground, sino que se situaría en su propio seno como la cara que se revierte para dejar ver su interioriodad. Es por ello que la labor de Eye, del ojo que todo lo ve, no es hacer de la heterotopía de Lo Diferente la normativación sino demostrar que toda luz, necesariamente, da unas sombras que, a pesar de que las colonicemos, darán siempre unas nuevas sombras que colonizar. El gran triunfo de DJ 光光光 es demostrar que el noise no es una otredad, sino un estado de (re)colonización de la oscuridad.
Aquí irrumpe con fervor con el hacha de guerra en alto el bárbaro en “La fiesta de todo lo que importa (oficialmente)®” para demostrar que detrás de los caros trajes bien tejidos para ocultar sus manchas sólo hay un hombre igualmente bárbaro; igualmente divergente entre sí de todos los demás. Por ello esa luz que arroja no es sólo una luz oscura, la luz que nos demuestra que la belleza que captura y define la normalidad no existe, sino que arroja luz sobre las sombras democratizando la uniformidad de la cultura a través de la fealdad. El noise es la condición de inversión de el orden casual de los términos para crear una relación causal condicionada.