La comodidad vacía es la sala de espera de la pulsión de muerte
Aunque ya estamos en las vísperas de la noche más terrorífica del año aun tendremos que aguantar más de veinticuatro horas, pero lo haremos de un modo festivo: Pantalla Partida sale por un día de los videojuegos para animarnos a comprender como nuestra vida cómoda, descansada y llena de fiesta en realidad está vaciada de todo sentido festivo. Y sí muy cargada de terror.
Time to Dance, de The Shoes y Daniel Wolfe
Interior noche. Una pareja de veinteañeros ríen, se besan y bailan medio drogados la after party de un piso compartido del East London. Ambos han sido (o al menos podrían haberlo sido) portada del último número de Vice Magazine y tienen esa confianza del que se sabe más guapo, más joven, con más vida social y que folla más que tú. Ambos continúan sus carantoñas y sus chistes privados delante de un tercer invitado que, sentado en un sofá, parece no haber llegado con las mismas energías al final de la fiesta. Pero es solo una impresión, pues el odio que le recorre por dentro está a punto de estallar y es mucho más intenso que toda la exhibición de vitalidad con la que llevan horas provocando estos hipsters bailarines. Una visita al baño para enfundarse el uniforme completo del equipo de esgrima y un mandoble más tarde se han terminado todas las risas en el apartamento Erasmus: la chica se desangra en el suelo con un profundo tajo en la garganta mientras que su novio acaba la noche con el cráneo aplastado contra el cristal del baño.
Así de crudo es el comienzo de Time to Dance, el comentadísimo último videoclip del dúo francés de música electrónica The Shoes, en donde un asesino en serie parte Travis Bickle, parte Patrick Bateman1, todo Jack el Destripador, demuestra poseer un especial talento para dejar tras de sí una buena ristra de bellos cadáveres. Un psycho-killer al que pone rostro un espléndido Jake Gyllenhall (en el que, aunque suene a boutade, es posiblemente el papel de su vida) a la ordenes de uno de los nombres ascendentes del videoclip británico: el realizador Daniel Wolfe, quien ya había demostrado su habilidad para plasmar neuras, ansiedades y pesadillescos descensos en espiral hacia los infiernos de la ciudad y del cerebro en otros vídeos promocionales como Stay the Same (2010) también para The Shoes o Let You Go (2010) para Chase & Status, los que junto con este último vídeo bien podrían formar un perturbador tríptico sobre cierto estado de ánimo del urbanita del s. XXI.
- El mismo Bret Easton Ellis expresó vía Twitter su entusiasmo por el vídeo. [↩]