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The Sky Was Pink

Lewis Carroll y el nonsense. La lógica como normatividad en construcción (y IV)

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La ca­za del Snark, de Lewis Carroll

El ca­so de La ca­za del Snark es ex­cep­cio­nal en es­te aná­li­sis del sen­ti­do en la obra de Lewis Carroll por tres ra­zo­nes es­pe­cí­fi­cas: es el úni­co de los re­la­tos que nos trans­cu­rre en el país de las ma­ra­vi­llas, es­tá es­cri­to en ver­so y lo pri­me­ro que es­cri­bió de él fue su ver­so fi­nal. Aunque es­to no pa­rez­can más que da­tos irre­le­van­tes o, en cual­quier ca­so, he­chos que tie­nen más de in­tere­san­tes en un es­tu­dio li­te­ra­rio ‑co­mo sí, de he­cho, lo for­mal no fue­ra in­di­so­lu­ble de la te­sis en la bue­na literatura‑, en reali­dad nos apor­tan una cier­ta can­ti­dad de in­for­ma­ción que qui­zás se po­día es­ca­par den­tro de un aná­li­sis ba­sa­do en la nor­ma­ti­vi­dad del sen­ti­do de Lewis Carroll; en tan­to ra­ra avis La ca­za del Snark es, en sí mis­mo, una re­cen­sión so­bre la ex­tra­ñe­za, del sin sen­ti­do, den­tro de la obra del pro­pio Lewis Carroll. O, pa­ra ser más exac­tos, el in­te­rés de leer un poe­ma que es un sin sen­ti­do den­tro de la obra del pro­pio au­tor es que nos en­se­ña la pers­pec­ti­va de qué ocu­rre cuan­do el sin sen­ti­do en­cuen­tra, den­tro de su pro­pio sen­ti­do, un afue­ra de sí mismo.

¿Por qué de­ci­mos que es­to es un afue­ra del afue­ra, una ex­pre­sión del sin sen­ti­do del sin sen­ti­do? Porque de he­cho el re­la­to se nos de­fi­ne des­de el pri­mer mi­nu­to co­mo un irre­ve­ren­te ac­to de per­ver­sión de to­dos los có­di­gos que le su­po­ne­mos co­mu­nes a Alicia. Como ya he­mos vis­to no trans­cu­rre en el mis­mo lu­gar que el res­to de la obra de Carroll, no es­tá es­cri­to del mis­mo mo­do y es­tá co­men­za­do por el fi­nal, pe­ro lo más im­por­tan­te se nos ha es­ca­pa­do has­ta és­te mis­mo ins­tan­te. Aquí el non­sen­se es uti­li­za­do en su ter­mi­no­lo­gía más exac­ta, co­mo una per­ver­sión del len­gua­je pa­ra sub­ver­tir cual­quier idea pre­con­ce­bi­da so­bre las pa­la­bras en sí; don­de las his­to­rias de Alicia es­ta­ban pla­ga­das de un sin sen­ti­do fí­si­co, de lo­cu­ra exis­ten­cial en tan­to tal, el Snark es una con­ca­te­na­ción de me­tá­fo­ras del sin sentido. 

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