Interpretar es siempre no-no leer la intención pura del compositor del texto
Cuadernos de un mamífero, de Erik Satie
Aunque se ha convertido hasta cierto punto en el más ridículo de los lugares comunes del jazz, la realidad es que en la buena música siempre hay una cierta cantidad de tiempo de composición que se dedica a crear una estructura pensada para no ser escuchada; hasta llegar a la forma acabada que se le presenta al público, hay siempre una serie de decisiones puramente estructurales que de hecho están ahí pero permanecen ocultas de la vista: una canción no es sólo lo que suena, sino todo el trabajo anterior que no suena pero propicia que sea como de hecho es. Esto no sucede sólo con la música, pues también sucede con cualquier otra forma cultural que actúe como una acumulación de estratos a partir de la cual trabajar un nivel propio —porque dentro de la estructura, además, se acumula tanto un pensamiento intencional de lo que se pretende conseguir como las posibles influencias que pergeñan la obra en sí — , lo cual nos lleva al hecho coherente de que incluso es posible que aquello que no se oye sea de un nivel discursivo cultural diferente al cual tratamos. Lo que no se oye en la música de Erik Satie no son sólo las notas que no se tocan, sino también los textos que no se leen.
Si bien el genial compositor en vida decidió volcar todos sus talentos hacia la música, cuando no directamente hacia un comportamiento entretenidamente esquizofrénico, sí es cierto que detrás de su música se esconde siempre un patrón literario sólo a través del cual se puede entender las afecciones propias de su música. Aunque se pretenda creador de un tipo de música de mobiliario, una que no sea necesario escuchar en tanto simplemente sirve de acompañamiento dentro de las reuniones de salón, la realidad es que va mucho más allá de eso: el lenguaje musical de Satie comunica sentimientos, modos y caracteres a todo aquel que lo escucha. ¿Cómo consigue esto? A través de los textos concebidos para no ser leídos que escribiría como notaciones en sus partituras, al respecto de los cuales sería muy explícito: