Introducción. Vida y muerte del capitalismo.
Uno de los problemas principales del capitalismo es que, pese a su flexibilidad aparentemente infinita con respecto de los cambios sociales, se muestra como inflexible a la hora de poder cambiar cualquiera de sus principios nucleares. Ahora si sumamos ambos hechos, la flexibilidad del capitalismo para abarcar todo pensamiento social y su imposibilidad de cambiar ni uno de sus principios regidores, comprobaremos como el capitalismo se nos presenta como la única posibilidad económica real de nuestro tiempo en tanto lo único inconcebible desde dentro del capitalismo es el fin del capitalismo mismo. Ya lo afirmaría de forma muy certera el filósofo esloveno Slavoj Žižek en una de sus más famosas sentencias: parece más fácil imaginar el “fin del Mundo” que un cambio mucho más modesto en el modo de producción, como si el capitalismo liberal fuera lo “real” que de algún modo sobrevivirá, incluso bajo una catástrofe ecológica globalŽIŽEK, S., El espectro de la ideología, Revista Observaciones Filosóficas, nº11, 2011, En linea: http://www.observacionesfilosoficas.net/elespectrodelaideologia.html Existe la idea de que el capitalismo liberal ‑y esta no es un recalco gratuito, el hecho de que sea liberal es determinante en la visión del mismo- es visto como una correlación capitalismo-mundo en tanto parece que el único modelo aplicable ya no en la economía, sino en la naturaleza misma, es el suyo.
El problema es que el capitalismo liberal está haciendo aguas. Si acudimos al representante primero del mismo, Adam Smith, encontraríamos una afirmación que hoy nos resultaría cuanto menos extraño oír de cualquier teórico defensor del sistema actual: no puede haber una sociedad floreciente y feliz cuando la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados.SMITH, A., La riqueza de las naciones: libro I, Alianza, Madrid, 2001, p. 94. Si sostenemos que, efectivamente, en tanto fundador de lo que consideramos como capitalismo liberal Adam Smith debe tener alguna clase de autoridad para hablar de si es o no es efectivo el capitalismo actual, deberíamos afirmar que nuestra sociedad no es floreciente ‑y, al menos de momento, obviaremos la felicidad por ser una cuestión moral que no cabe en este momento- en tanto el porcentaje de hogares españoles que están por debajo del umbral de la pobreza es del 22%HIDALGO, S., La pobreza en España, «más crónica que nunca», Público, 22 de Febrero, 2012, En linea: http://www.publico.es/espana/423486/la-pobreza-en-espana-mas-cronica-que-nunca, por lo cual el capitalismo actual no está cumpliendo aquello que se propone. ¿Por qué? Porque podríamos interpretar la base del capitalismo, como la de cualquier sistema económico, como la pretensión de alcanzar una sociedad floreciente y feliz en tanto la economía se supedita a los intereses de la sociedad en su conjunto.
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