Pequeño tratado sobre el azúcar de sandía, el olvido y los pueblos que lo usan.
En azúcar de sandía, de Richard Brautigan
El azúcar de sandía
El azúcar de sandía tiene tantas funciones como personas quieran usarlo. Hay quienes lo utilizan para condimentar los alimentos, función que no por ortodoxa es menos sustanciosa, pero luego hay quienes hilan a través de él toda clase de ropas o edificaciones; en general, el azúcar de sandía, es el envoltorio que cubre a los hombres de yoMUERTO de los fríos exteriores. La vida allí esta articulada meticulosamente a través de las disposiciones que se crean a través del azúcar de la sandía pues, sin él, seguramente todo el sistema que tienen montado se vendría abajo. Por ello no sólo es importante el azúcar en sí sino que también las sandías, como elementos primarios, se convierten en protagonistas importantes.
Cada color de sandía da un azúcar con unas cualidades y tonalidades de color particulares propias de la derivación de la que proceden. Quizás esto suene extraño a los forasteros, ¿sandías de colores?¡menuda locura!, pero hay que admitir que allí no se tiene concepción de cosa más natural que los diferentes colores de la sandía según las semillas y el día, por lo cual podríamos hacer una sandíología del clima. Si por ejemplo usted quiere una sandía negra, conocida por hacer que todo en lo que se vean involucradas sea silencioso, necesitará plantar semillas de sandía negra un jueves, pues por algo es el día del color negro. Así, con un poco de paciencia, se convertirá usted en un cultivador experto en las artes de la sandiología pero, si usted necesita saber más sobre este tema, nunca olvide acudir a En azúcar de sandía de Richard Brautigan donde tendrá una explicación pormenorizada de aquello que podría ver con sólo abrirse a su entorno.