We Were Exploding Anyway, de 65daysofstatic
La violencia y la música, siendo la primera un hecho indisoluble de vivir en un universo físico y la segunda de además habitar un mundo humano, comparten una peculiar facilidad para articularse a partir del estallido espontaneo: representan la aparición súbita del mundo a partir de su explosión matérica. Es por eso que en un mundo como el nuestro, en el cual nos hemos convertidos en habitantes sumisos de su devenir, somos individuos sujetos a la posibilidad de ser inundados de una forma obscena por cualquiera de estas dos conformaciones; la música, como la violencia, es algo que no se busca sino que se encuentra como parte de una cadena de acciones: nuestro inmovilismo sólo puede ir más allá de sí mismo cuando una reacción violenta, musical, nos hace movernos. Somos hermosas sinfonías de un universo bastardizado en cultura.
Partiendo de la premisa anterior, podríamos entender We Were Exploding Anyway como una representación metafórica de esta colisión ontológica que acontece de forma constante en nuestras vidas. Entre unos pianos preciosistas, ligeros toques de glitch, matemáticas guitarras y sobre-acelerados ambientes nos presentan una colorida representación, totalmente alejada de la suciedad de la realidad, de los encuentros vitales acontecidos en el mundo. Lo interesante de este choque ballardiano se encuentra en que es un movimiento físico, no necesariamente espacial pero sí einsteniano: va y viene, deviene sobre sí mismo, en unos flujos constantes que se componen como bellas explosiones en la noche. En ese conformarse violento, nuestro interés radical por ello radicaría en como lo newtoniano, la explosión como inicio del universo, la violencia como principio de vida, se va encarnando de forma sistemática en las formas propias que desarrollan de un modo magistral 65daysofstatic; la explosión vital radica como principio paralelo tanto para el universo como para el mundo.