En la guerra no existe el bien y el mal, aunque de existir en ningún caso podríamos hablar de contendientes que encarnen algo más allá de intereses y las victimas de tales. Sin embargo si hay valores y acciones que podríamos enmarcarlos dentro del bien o del mal. En este segundo campo es donde se ha puesto a jugar la versión animada de Cat Shit One.
Dos conejos estadounidenses de las fuerzas especiales piden refuerzos mientras ven como unos camellos terroristas afganos secuestran a población civil de otros países. En un acto fortuito sin pensar en las consecuencias, solo en la salvación de los civiles, se introducen en el pequeño complejo en un acalorado y táctico combate. Todo lo demás son 22 minutos de combate, muestras de camaradería en forma de salvarse el culo y una continua lucha contra el tiempo, a la espera de la evacuación. Es, ni más ni menos, que un Call of Duty en versión animada con animales de actos humanos. Sin embargo lo que podría arrastrarle como un lastre de aburridos tiroteos y de tensas carreras hacia el siguiente respawn consiguen darle la viveza y velocidad propia del videojuego. No hay un solo momento aburrido o donde no pase nada, en cada instante ocurre algo que es digno de nuestra atención. El pausadamente acelerado ritmo y su familiar aspecto militarista nos sitúa rápidamente no solo en la acción, sino también en quienes son los buenos y quienes los malos no solo por como actúan, sino por que resultado tienen esas actuaciones. Los «buenos» siempre tendrán la ventaja última solo por serlo.
Probablemente no estemos ante la serie de la temporada pero Cat Shit One consigue llevar hasta las últimas consecuencias el estilo CoD a la animación. Eso y nada más. El mensaje militarista os llegará en forma de adorables conejos.