Antes de que los recortes fueran la dinámica común del político que siente que no estaba haciendo suficiente por un país que le permite establecerse como jefe de todos sin haber hecho mayor mérito político que el haber sabido perfeccionado el arte del lametazo perianal, el gran leit motiv político era la educación. Es por eso que hoy, es hora de volver la vista hacia el futuro: aquellos que vienen detrás de nosotros, aquellos que habrán de vivir en un mundo del mañana que dejará de existir por culpa de las tijeras del gobierno actual; las tijeras en la espalda de la educación son el asesinato de nuestro mañana. Piense en el futuro: piense en ellos.
Anuncio patrocinado por «Arbonés por España»
Cuando el americano medio ve un anuncio político, tiene una infinidad de elementos que pueden hacerle entender en el acto que está ante una evidente exigencia de su voto: discursos de un marcado acento grave se permiten discurrir alternándose entre candidatos a la presidencia e imágenes de archivo que, desfilando entre apocalípticos datos o frases contundentemente breves, desvirtúan la labor presente del rival. Y, por supuesto, el sempiterno anuncio patrocinado por nos deja en claro quien ha establecido esa lógica atroz allí subsumida: la transparencia absoluta de los anuncios políticos en Estados Unidos es de una inocencia naïf para la nación más audiovisualmente potente del mundo; todo su discurso se erige sobre manipulaciones, atajando sus cuestiones más importantes a través de un argumentario que siempre vira obscenamente hacia la demagogia. Y, sin embargo, se nos subraya de forma constante en nombre de quien se erige la manipulación: gran hermano, pero uno que se gusta demasiado.