Desconocemos como se origino exactamente el mundo del mismo modo que desconocemos como será el futuro. Pero aunque no podemos viajar al pasado para conocerlo, no nos queda más remedio que viajar al futuro para descubrirlo. Y es exactamente esto lo que hacen en el episodio 6×07 de Futurama.
Fry llega tarde al cumpleaños de Leela e intenta compensarla llevándola a cenar, pero también llegará tarde al probar un nuevo experimento del profesor Farnsworth, una maquina para viajar al futuro. Lo que iba a ser un único minuto se convierte en un progresivo viaje hacia el infinito en búsqueda de la civilización que cree la maquina del tiempo al pasado. El necesario fracaso se va sucediendo con el clásico esperpento de la serie aderezado por una sardónica versión de In The Year 2525. Las espadas oxidadas para la proctología, gambas gigantes asesinas que tienen apéndices en forma de tritones homosexuales o amazonas que inventaron el viaje del tiempo son algunas peculiaridades del viaje. A su vez Leela, después de toda una vida, se da cuenta de que su verdadero y único amor era Fry, aunque llegara tarde y nunca. Y al final, llega el fin del universo. Entonces el eterno retorno hace acto de presencia y se origina el Big Bang, pues la singularidad que dio pie al universo eran ellos. El universo, como un peculiar ouróboros, se repite cíclicamente durante toda la eternidad.
Todo se repite y no podemos volver al pasado sino es hacia adelante. Lo único que nos queda es disfrutar de cada momento y aprender lo antes posible quienes son las personas a las que debemos aferrarnos. Pues al final, nosotros, somos la singularidad.