Etiqueta: Gloomy Sunday

  • nacido bajo una mala estrella

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    Crear un dis­co de break­co­re si­guien­do un es­ti­lo de mú­si­ca neo-clásica co­gien­do sam­plers y es­truc­tu­ras de sui­tes fa­mo­sas no es al­go nue­vo. Aunque si que es una com­ple­ta lo­cu­ra cuan­do se tra­ta de un dis­co con­cep­tual so­bre la vi­da de una pa­lo­ma en Budapest.

    Inspirado por un via­je a Hungría el mú­si­co Aaron Funk, el hom­bre de­trás de Venetian Snares, dio for­ma a es­te dis­co, un pun­to de in­fle­xión en su ca­rre­ra. Saqueando a Bartók, Stravinsky y Paganini en­tre otros va hi­lan­do una se­rie de can­cio­nes, a ca­da cual de con­tras­tes más bes­tia­les, en­tre los so­ni­dos clá­si­cos y sus breaks ca­rac­te­rís­ti­cos. Aun en­ci­ma se atre­ve a ha­cer una ver­sión sar­dó­ni­ca, aun­que no de­ma­sia­do ins­pi­ra­da, de Gloomy Sunday que lla­ma­rá Öngyilkos Vasárnap, do­min­go sui­ci­da. Pero su ma­yor lo­gro es en can­cio­nes co­mo en Szerencsétlen o Hajnal, que real­men­te nos ha­ce sen­tir co­mo si real­men­te es­tu­vié­ra­mos si­guien­do los pa­sos de una pa­lo­ma. Los fuer­tes con­tras­tes y un uso muy re­fi­na­do de la ba­te­ría y los efec­tos si­mu­lan el vue­lo, el pi­co­teo y los pa­sos de una pa­lo­ma con gra­ves pro­ble­mas de hiperactividad.

    Sus bru­ta­les cam­bios de rit­mo, los vio­li­nes y las trom­pe­tas, las cua­les apren­dió a to­car de pro­pio, y esa com­bi­na­ción con so­ni­dos clá­si­cos nos dan la ma­yor obra maes­tra de es­te per­tur­ba­do (y no me­nos per­tur­ba­dor) ca­na­dien­se. Sobrevolando Budapest con alas he­chas con vio­li­nes y breaks es­ta­lla­mos en sam­plers imposibles.

  • un domingo triste

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    Gloomy Sunday
    with sha­dows I spend it all
    my heart and I
    ha­ve de­ci­ded to end it all

    Tsukimono no in­ven­ta pe­ro re­mo­za una me­lo­día tris­te y me­lan­có­li­ca, una voz que se oye des­de una ra­dio y cru­ji­dos de la ma­de­ra com­bán­do­se. Gloomy Sunday es la can­ción de los aman­tes sui­ci­das, una can­ción som­bría so­bre la de­ses­pe­ra­ción de la per­di­da del ser ama­do y de la in­ca­pa­ci­dad de se­guir ade­lan­te sin esta.

    Lo mas cu­rio­so es co­mo es­ta mo­der­ni­za­ción de la can­ción la lle­va al li­mi­te la ex­pre­si­vi­dad de esa de­ses­pe­ra­ción, no des­de lo som­brío, sino des­de la evo­ca­ción. Si el aman­te sui­ci­da es som­brío por sus pa­la­bras y sus ac­tos, Gloomy Sunday so­lo lo es por sus pa­la­bras. Una oda al sui­ci­dio por amor des­de una ra­dio vie­ja y destrozada.