Crear un disco de breakcore siguiendo un estilo de música neo-clásica cogiendo samplers y estructuras de suites famosas no es algo nuevo. Aunque si que es una completa locura cuando se trata de un disco conceptual sobre la vida de una paloma en Budapest.
Inspirado por un viaje a Hungría el músico Aaron Funk, el hombre detrás de Venetian Snares, dio forma a este disco, un punto de inflexión en su carrera. Saqueando a Bartók, Stravinsky y Paganini entre otros va hilando una serie de canciones, a cada cual de contrastes más bestiales, entre los sonidos clásicos y sus breaks característicos. Aun encima se atreve a hacer una versión sardónica, aunque no demasiado inspirada, de Gloomy Sunday que llamará Öngyilkos Vasárnap, domingo suicida. Pero su mayor logro es en canciones como en Szerencsétlen o Hajnal, que realmente nos hace sentir como si realmente estuviéramos siguiendo los pasos de una paloma. Los fuertes contrastes y un uso muy refinado de la batería y los efectos simulan el vuelo, el picoteo y los pasos de una paloma con graves problemas de hiperactividad.
Sus brutales cambios de ritmo, los violines y las trompetas, las cuales aprendió a tocar de propio, y esa combinación con sonidos clásicos nos dan la mayor obra maestra de este perturbado (y no menos perturbador) canadiense. Sobrevolando Budapest con alas hechas con violines y breaks estallamos en samplers imposibles.