Aun siendo todo héroe digno de elogio los héroes anónimos en muchas ocasiones lo son en aun mayor grado. Algunos inspiran la vida de un puñado con sus pequeñas pero importantes proezas siendo un ejemplo a seguir en el día a día. Otros, más valientes si cabe, son borrados de la historia por los poderosos a los cuales perjudicaron en favor del bien de los justos. Unos y otros tienen su justo lugar en Héroes Anónimos de Hiroshi Hirata.
Aquí nos presenta diez (más una) historias de otros tantos héroes que no aparecen en los libros de historia japoneses, ya sea por su ámbito excesivamente local o sus actos insidiosos para con los poderosos. Pero el nexo común de todos ellos es el absoluto respeto y amor por la vida humana, no hay ni uno solo de ellos que no se sacrificara en favor del bienestar de todos cuanto les rodearan. Son héroes no por sus grandes gestas o cuantos hombres habilidosos batieran en duelo, sino por su capacidad de darlo todo por quienes les rodeaban sin reparo. En ocasiones incluso llegan a romper el bushido para así poder hacer algo más honorable que el propio honor impuesto por la casta. Y con esto Hirata intenta enseñarnos valores que considera en extinción en Japón, pero no solo en oriente sino también en occidente; aunque puede que nunca existieran aquí. Para eso nos informa al final de cada historia, dibujándose así mismo, algunos datos sobre como se documentó del personaje o en pequeñas conversaciones con los mismos, con afán de explicitar su mensaje. Como buen artista no solo nos cuenta historias emocionantes e interesantes sino que intenta transmitirnos una lección, enseñarnos un nuevo modo, quizás más positivo, de afrontar la vida contemporánea. Y lo hace desde el lugar que mejor puede enseñarnos, los héroes silenciados del pasado.
Los cantos del pasado sobreviven por los rapsodas del pueblo que no dejan morir las leyendas de los libertadores del pueblo infinitas veces oprimido. Aun siendo acallados en lo oficial, quemados sus documentos y prohibidos sus canciones ellos siguen siendo la soflama en los corazones de los hombres justos.