Paradox, de Balzac
La existencia humana es, desde su misma pretensión de auto-definirse, un acto paradójico que se esconde en las más profundas contradicciones para poder comprenderse de un modo intrínseco más allá de esas pequeñas contradicciones que impiden cualquier entendimiento profundo de algo así como la naturaleza humana; en tanto paradójica, toda existencia humana nace ya en la imposibilidad de definirse como un absoluto. Esta perpetua paradoja nos deja la posibilidad de hacer un análisis exhaustivo de cada una de las representaciones humanas en el mundo, precisamente, por la imposibilidad de objetivarlas en sí mismas. Es por ello que Balzac, con un disco denominado ya de entrada Paradox, se sitúan como el mejor punto de partida para intentar vislumbrar el por qué de esa paradoja profunda que existe en el carácter humano a todos los niveles inimaginables.
En el caso particular de Balzac en general, aunque se desate de una forma particular a partir de Paradox, nos encontraríamos con el hecho mismo de que han sabido llevar más allá el horror punk de lo que ninguno de los grupos punteros consiguieron llevarlo. Grupo nacido como tributo hacia Misfits fueron lentamente convirtiéndose para encontrar un sonido propio, que coincidiría con la decadencia del grupo con la entrada de Jerry Only como líder, que acabaría sonando como una evolución lógica del sonido propio de aquellos a quienes comenzaron imitando a la perfección; la primera paradoja que origina Balzac en su seno es ser algo que va más allá de lo que es simple tributo, de ser más los Misfits que los Misfits mismos a partir de cierta época. Donde los americanos se estancaron creando unos discos que sólo pueden ser considerados como una mala diarrea pseudo-punk, los japoneses fueron explorando los diferentes límites posibles del género buscando diferentes facetas que ir explotando con el tiempo a través de una marcada personalidad propia. Sumando a todo esto que en Paradox asumirían abiertamente los prefectos del digital hardcore, pero sólo como parte inherente de su construcción horror punk, nos encontraríamos con la paradoja sistemática que se da en el seno mismo de Balzac: son Misfits sin ser los Misfits, son el paradigma del horror punk sin ser ya stricto sensu horror punk.