Billy Bat es un detective privado, cualquiera diría que ser un murciélago es un problema de no ser porque vive en un mundo de animales antropomorfos. De carácter sobrio y fuerte, es el típico detective: solo le importa hacer bien su trabajo, aunque sea algo tan nimio como si la mujer del señor Edward Costello le es infiel. Y vaya si lo es. Cuando va a comunicarle las malas noticias aparece muerte y todo se precipita: matones advirtiéndole su funesto futuro si mete el hocico, la mujer de Costello en su oficina, una extraña organización, muchas incógnitas y ninguna respuesta. El suspense está servido.
Un curioso cómic que data de 1949 de manos del autor Kevin Yamagata, el cual vivió en su vida una consecución de sucesos extraños dignos de un manga de Urasawa. Porque todo precipitar es siempre un enfrentarse al vacío posible de lo desconocido.