En el fondo todos estamos un poco locos, la diferencia es en que punto entre las pequeñas manías y miedos habituales y la psicopatía en su estado más puro es hacia que lado de la balanza mas nos acercamos. Batman Arkham Asylum aborda este tema desde sus dos protagonistas y un invitado especial que acaba resultando ser lo mejor del juego.
Batman atrapa por enésima vez a Joker pero este una vez en Arkham consigue hacerse con el poder del psiquiátrico desatando una ola de terror, Batman en esta situación deberá enfrentarse a sus más terribles miedos en forma de sus recurrentes enemigos. Desde Killer Croc hasta el mismo Joker pasando por los retos de Enigma en un entorno que no deja de ser una típica cárcel de alta seguridad mas que un insano manicomio. Pero esto no es lo que teme, su enemigo más peligroso y temido es el más débil en apareciencia, es El Espantapájaros.
En cada aparición del Espantapájaros inocula una cantidad de drogas del pánico a Batman por las cuales rememora los momentos más terribles de su vida, lo que más teme en esta vida. Desde la muerte de su padre hasta un trasunto del principio del juego donde en vez de escoltar Batman a Joker es este segundo quien escolta al interior a un dementado Batman con personalidad disociativa. Después de esto llega a un lugar donde reina el caos y la locura del Espantapajaros en forma gigantesca dominando todo, teniendo que huir de el hasta encontrar la luz que puede derrotarle y terminar con las horribles pesadillas que produce.
Si Batman teme a Joker no es por el daño que puede hacer, sino porque es el reflejo tenebroso de si mismo, la única diferencia entre ellos dos es la forma en la que abrazan su locura, un pequeño resbalón podría poner al uno en el lugar del otro. Porque el mayor enemigo de Bruce Wayne es Batman.