No hay nada auténtico en aquel que rehuye sus potencialidades. Nada ni nadie es acto puro, toda posibilidad materializada de aquello que es, sino que toda nuestra vida estamos cruzados por infinitas potencialidades que se van cerrando según las cartas que nos han tocado: cuando somos potencialidad pura nada nos está vedado, porque sólo existimos en la posibilidad de que nuestros padres nos engendren, y cuando somos nula potencialidad todos nos está vedado, porque ya estamos muertos. Entre medio, nuestras potencialidades van disminuyendo con el tiempo hasta ser cero. Al nacer nos vemos determinados por ciertos talentos y faltas inalienables, haciendo a algunos más capacitados que otros para alcanzar ciertos logros —aboliendo así toda posibilidad de igualdad, ya que el techo de hasta donde podemos llegar lo marca nuestro tiempo (de vida y trabajo), pero también nuestro talento innato — , del mismo modo que con el paso del tiempo el decaimiento físico determina el fin de la posibilidad de algunos logros. Desarrollar nuestras potencialidades donde mayor sean nuestros talentos, incluso cuando no quede claro cuales son, es lo que nos lleva a ser en acto. Somos aquello que decidimos hacer con nuestras vidas, ergo somos nuestras potencialidades llevadas en acto.
Have you ever heard about the Higgs Boson blues
I’m goin” down to Geneva baby, gonna teach it to you