La literatura es la forma de mentira más elaborada que jamás haya creado el hombre. Contamos historias, creamos personajes e incluso nos inventamos nuestra propia biografía legitimados en la evasión que se le supone a la literatura. El escritor es, por definición, un profesional de la mentira. Y si necesitan un ejemplo de esto, acudamos a Vicente Luis Mora.
En el número 322 de la revista literaria Quimera nos encontramos una consecución de colaboradores desconocidos y algunos libros que no encontraremos jamás en librería alguna. En un número dedicado a los hoax, a la falsedad, parece obvio que pueda haber alguna maléfica trampa de genio maligno detrás de él y, efectivamente, así es. Vicente Luis Mora a través de 16 seudónimos y la identidad prestada de los habituales de la revista, consigue llevar el ámbito periodístico a la falsedad que le es propia a la literatura. En ocasiones se inventa personas, en otras se inventa también sus obras y en otras, simplemente, nos habla de obras reales desde la voz del inexistente crítico que le toque en esa ocasión. Por supuesto cada uno de sus seudónimos tiene su personalidad, sus filias y sus fobias, son, en fin, los estructurales personajes de este sesudo grand guignol.