Seis tumbas en Munich
Mario Puzo
1967
El problema de la identidad es especialmente acuciante cuando es elegida. Si decidimos vestir una máscara, usar un pseudónimo para que no nos asocien con determinados actos o situaciones, exponer al público la continuidad de nuestra identidad a través de otro nombres es injusto; si nosotros hemos querido desdoblarnos de algún modo, nadie debería tener por qué asociar esas dos identidades diferentes como si fueran una sola. No sólo por respeto, sino también por admitir que podemos ser más de una persona. Es posible que el Yo con el que fui nombrado en el registro civil y el Yo de mi(s) pseudónimo(s) no sólo seamos dos personas distintas, sino también entidades completamente irreconciliables como una única identidad coherente.