La asociación del chiptune con la música 8‑bits, siempre melodiosa y videojueguil, es una de esas odiosas constantes que se dan en la blogosfera. Por eso tiene que venir un grupo de hardcore como Horse The Band y añadir lineas de chiptune como si se trataran de guitarras para que nos demos cuenta que hay mundo más allá de los 8‑bits.
En su disco The Mechanical Hand van poco a poco deshojando una perfecta combinación entre los sonidos más ortodoxos del hardcore con una sensibilidad chiptune encomiable. Las referencias continuas a Super Mario Bros (Birdo, The House of Boo) no hacen sino enfatizar la broma, hacen música inspirada en los videojuegos, no música de videojuegos. Así lo dejan patente en sus canciones: por un lado por el videojuego con Lord Gold Throneroom, una especie de fase de videojuego basado en el bajista del grupo; por otro, por lo musical, con The Black Hole, una canción de una técnica sublime en la cual el sintetizador es uno más de los instrumentos y no la base de todo el sonido. Y así, en algo más de cincuenta minutos, consiguen crear un manifiesto vivo de que debe ser, además, este estilo de música.
Llegados este punto alguien tenía que enseñar los dientes y dar un puñetazo sobre la mesa para demostrar lo que se puede hacer con el chiptune. A partir de hoy Boo y Birdo podrán dormir con calma sabiendo que Lord Gold vela por ellos. Y por nosotros.