Acercarse al trabajo de Charles Burns es siempre una cuestión extremadamente delicada ya que, incluso cuando se modera, su trabajo requiere de ver mucho más allá de lo que hay en una lectura superficial. Su estilo, tanto argumental como visual, es intrincado y siempre con una serie de referencias que es necesario dominar para poder acercarse a él. No es una excepción su último trabajo, X’ed Out, es más, se hiperboliza en gran medida todos esos tics de Burns.
Nuestro protagonista, Doug, un día se levanta y descubre que hay un agujero en la pared de su habitación y, siguiendo a su gato muerto, se interna en él llegando a parar a un mundo distópico donde los hombres lagarto dominan el mundo. Explotando la estética de eurocómic nos hace una peculiar presentación de un viaje iniciático como el de Alicia en el País de las Maravillas. Todo lo que se desarrolla en este mundo es extraño y terrorífico, guardando ciertos paralelismos con el peculiar terror kitsch que tanto y tan bien cultivaría en su día la EC Comics. De este modo Doug, en bata, sin dinero y perdido en un mundo que no es el suyo se va topando lentamente con que esta nueva realidad es más parecido a un barrio pobre lleno de mutantes de Bagdad que a cualquier lugar de Occidente. Con esto presente lo único que puede hacer el pobre Doug es evadirse mediante flashbacks y sueños donde nos narra como era su vida.