Quizás Keiji Inafune no esté todo lo fino que debería en los últimos tiempos, desde luego el trash se basa en el candor y la inocencia de sus hilarantes logros y una buena película de videojuegos solo puede nacer desde el amor y la comprensión de los códigos de estos. Precisamente todo esto y mucho más acaba anidando en la fantástica a la par que demencial Zombrex: Dead Rising Sun de Keiji Inafune.
Como un modo de promocionar la segunda entrega de la saga Dead Rising en Capcom decidieron hacer esta película, capricho de Inafune. Y lejos de ser una decepción absoluta consigue aprovechar con bastante solvencia los elementos de los que dispone. La historia no podría ser más simple, dos hermanos en plena epidemia zombie buscan un refugio pero ninguno les acoge por ser uno de ellos paralítico e ir en silla de ruedas. Al intentar resguardarse en algún lugar durante la noche acaben en un almacén donde un grupúsculo de yakuzas hacen de su ley el orden. Encerrados entre los zombies y los yakuzas la supervivencia se vuelve cruda y dificultosa. Sin ser nada nuevo bajo el sol en cuanto argumento su mayor logro es como solventa uno a uno los problemas técnicos. Con un presupuesto mínimo ambientan casi toda la acción en un almacén sin acabar por dar sensación de tedio gracias a la ayuda de unos flashbacks bien posicionados que dinamizan el ritmo. Además el uso de la mayor parte del tiempo de una cámara en primera persona desde el hermano en silla de ruedas es otro de los grandes logros de la cinta. Desde el mismo momento en que se insinúan muchas más cosas de las que realmente se ven hasta que nos da un punto de vista peculiar de toda la acción, siempre desde un centro de gravedad inestable y, además, bajo. Desde luego no revolucionará el cine esta película pero sí que nos enseña que no hacen falta presupuestos abultados si las ideas y la disposición es buena.