el origen del horror se esconde en nuestras entretelas
La re-interpretación de los clásicos modernos del terror es algo que está de moda y aterroriza a los fans más que las propias películas en sí de lo increiblemente malos que tienden a ser. Por supuesto no siempre es así y en ocasiones se consiguen grandes nuevas versiones de antiguos clásicos. Y ese es el caso de Zombie Zombie re-interpretando los grandes clásicos de las BSO’s de John Carpenter.
En este Zombie Zombie Plays John Carpenter nos encontramos al dúo contenido, calmado, sin grandes aspavientos y con una interpretación que no corre los riesgos de su disco debut. Con un estilo continuista tanto de su propio krautrock como el de John Carpenter es más una actualización de los temas más que una verdadera nueva interpretación. Pero no nos llevemos a engaño, apuestan por un sonido más ambiental, cósmico incluso, que nos abre la puerta a nuevas interpretaciones de las canciones elegidas. Con la nueva versión del main theme de Assault on Precinct 13 la película podría hablarnos de una invasión extraterrestre de la cual apenas si pueden contener ser afectados, literal o metafóricamente, los defensores de la comisaria del distrito 13. No importa que nos contara la historia original, con estas canciones parecen hablarnos de planes milenarios de seres más allá de la comprensión que vienen a por nuestro mundo. Ahora bien, si este aire lovecraftniano le sienta de fabula a las más mundanas encuentra la horma de su zapato en la canción de The Ting que queda deslucida y demasiado genérica. Pero sea como fuere el resultado final es excelente, apabullante y muy rico en su re-interpretación en clave de horror cósmico.
Mientras John Carpenter nos hacía mirar dentro de nosotros para encontrar que nuestros terrores internos se han hecho verbo los Zombie Zombie nos proponen mirar hacia el espacio para encontrar que nuestros terrores se han hecho dioses. Dos visiones de miedos similares, probablemente equivalentes, que en ambos casos nos hablan del cambio inefable. La inevitabilidad del mal nos alcanzará desde dentro (o desde fuera) de nuestro mundo.