Aunque parezca lo contrario, The Sky Was Pink no está muerto. Ni siquiera está moribundo o de parranda. Es sólo que, por motivos ajenos al blog, se ha priorizado escribir en otros espacios diferentes. Pero eso no significa que el blog ya no tenga uso. ¡Al contrario! Además del contenido original que seguirá recibiendo, además, ahora, también servirá como centro principal de difusión de todos los otros textos que escriba.
¿A qué me refiero? A que ya he tenido quejas de varias personas de la dificultad de seguir todo lo que escribo, ya que voy diseminando mis textos por muchos espacios diferentes. Algo que me resulta incómodo incluso a mí, dada mi alergia a la promoción. De ahí que he buscado una solución óptima: a partir de ahora escribiré en el blog un post semanal, bajo el epígrafe Colores prohibidos, donde enlazaré todos los textos que haya ido publicando a lo largo de la semana bajo el epígrafe Lo que hago. Además, como quedaría pobre sólo hablar de mí mismo, también incluiré un segundo epígrafe, Y lo que se está haciendo, donde enlazar textos o vídeos que me hayan ido llamando la atención a lo largo de la semana y que crea merecen una visibilidad especial. De ese modo, espero mantener mis textos ordenados y, también, dar bombo a quien se lo merece.
¿Significa eso que The Sky Was Pink pasa a ser un archivo de textos externos? Nada más lejos de la realidad. Pero no adelantemos acontecimientos. Eso se irá viendo con el tiempo. De momento, disfrutemos con la primera entrega de Colores prohibidos. Del resto ya habrá tiempo para hablar. ¿Cuándo? Con la segunda entrega de Colores prohibidos. ¿Y cuándo será eso? El domingo que viene.
Si es que acaso no hay algo que leer antes de eso.