Etiqueta: Animación

  • Y al final: el terror

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    Un año más se ha aca­ba­do el fan­tás­ti­co es­pe­cial de Halloween que ha­ce­mos en es­ta san­ta ca­sa jus­to an­tes de que nos va­ya­mos a ce­le­brar es­ta mag­ni­fi­ca no­che co­mo se me­re­ce: en la vi­da real. Espero que sal­gan con sus es­pí­ri­tus fa­vo­ri­tos a ha­cer tru­co y tra­to a los vi­vos, ade­más de ha­ber dis­fru­ta­do al otro la­do de la pan­ta­lla ca­si tan­to co­mo yo lo he he­cho pre­pa­ran­do to­do es­to. Porque es im­po­si­ble que ha­yan dis­fru­ta­do tan­to. Y so­bre­to­do un agra­de­ci­mien­to es­pe­cial pa­ra to­das las per­so­nas que han co­la­bo­ra­do con sus tex­tos pa­ra es­te es­pe­cial pues, chi­cos, el au­tén­ti­co es­pí­ri­tu de es­te blog es vuestro.

    ¿Y ya creían que se me olvidaba?¡No! Aquí les de­jo la an­to­lo­gía de re­la­tos de te­rror que he­mos pre­pa­ra­do pa­ra ce­le­brar Halloween de una for­ma es­pe­cial: Hall-o-Wicked. ¡Y fe­liz Halloween!

    Halloween Índice.

    El trán­si­to ha­cia el se­xo na­ce en el te­rror de la fan­ta­sía (Videoclip: Fantasy de DyE)
    Esquema men­tal Suomenlinna/The Wicker Man. El te­rror co­mo pa­ra­le­lis­mo de lo di­ver­gen­te.(Esquema mental/dibujo
    John Dies @ The End (Literatura: co­la­bo­ra­ción de San Vito ha­blan­do de John Dies at the End de David Wong.
    El te­rror es el nuevo-antiguo fac­tum del mun­do (Música: El sue­ño de ver­nos caer de Down To Agony)
    Tomie: pe­da­zos de una ob­se­sión (Manga: co­la­bo­ra­ción de Peter Hostile ha­blan­do de Tomie de Junji Ito.
    No pa­res nun­ca, de­trás de ti es­tá… (Literatura: Half-Minute Horror, una an­to­lo­gía de terror)
    Deus si­ve na­tu­ra; ho­mi­ni si­ve strâ­men­tum (Cine: The Wicker Man de Robin Hardy)
    El pai­sa­je má­gi­ko dan­za an­te nues­tras al­mas va­cías (Cine de ani­ma­ción: co­la­bo­ra­ción de Henrique Lage ha­blan­do de Midori de Hiroshi Harada en edi­ción crí­ti­ca propia.)
    Aceptar la pa­sión en el mun­do es al­can­zar el or­den en el caos (Manga: Litche Hikari Club de Usamaru Furuya)
    Umberto – The prophecy of the black wi­dow (Música: co­la­bo­ra­ción de Manel Mourning ha­blan­do de The prophecy of the black wi­dow de Umberto)
    Pavimentamos el ho­gar con nues­tros fan­tas­mas (Serie: American Horror Story de Ryan Murphy)
    El cam­bio es el mo­tor de los te­mo­res (Música: Even Weight de Enduser)
    El cris­tal de la com­pla­cen­cia os anu­la­rá (Cine: co­la­bo­ra­ción de Rak Zombie ha­blan­do de Ladda Land de Sopon Sukdapisit)
    Entre la vi­da y la muer­te es­tá Halloween (Serie de ani­ma­ción: Best Little Horror House in Langley Falls de American Dad!)
    ¿Terror? no en mi pa­sión (Videojuegos: co­la­bo­ra­ción de Jim Thin ha­blan­do so­bre por qué no quie­re ha­blar de vi­deo­jue­gos de terror)
    Yo fui un vam­pi­ro ado­les­cen­te ena­mo­ra­do, Vampirella (Cómic: co­la­bo­ra­ción de Ontopop y Lola Fett ha­blan­do de la Vampirella de James Robinson)
    Biografíando el abis­mo con­se­gui­rás un auto-retrado (Literatura: H.P. Lovecraft. Contra el mun­do, con­tra la vi­da de Michel Houellebecq)
    Hall-o-Wicked 9000. The nabo’s re­turn. (Webcomic: co­la­bo­ra­ción de Mikelodigas con una se­rie de ti­ras so­bre Halloween)

  • la condición de sketch del mundo

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    La vi­da es un eterno de­ve­nir ha­cia nue­vos es­ta­dos del ser que, has­ta el mo­men­to, nos ha­bían si­do des­co­no­ci­dos. Esto, la eter­na evo­lu­ción de las co­sas, pa­re­ce que tie­ne su pro­pio to­que de que­da pues, en cuan­to en­ti­da­des fi­ni­tas, lle­ga­rá un mo­men­to en el que no es­te­mos co­mo tal en el mun­do. Sin em­bar­go nues­tro de­ve­nir co­mo en­ti­da­des es tan po­ten­te que es ca­paz de di­lu­ci­dar su pre­sen­cia más allá del es­pa­cio y el tiem­po por lo cual el fi­nal de las co­sas tal y co­mo son no es nun­ca un Final, sino un cam­bio de pa­ra­dig­ma. Al prin­ci­pio del úl­ti­mo epi­so­dio de la sex­ta tem­po­ra­da de Futurama, Reincarnation, nos pro­po­nen que na­da mue­re sino que de­vie­ne en una nue­va con­for­ma­ción fí­si­ca, y es eso exac­ta­men­te de lo que tra­ta el epi­so­dio: de co­mo to­da en­ti­dad en el mun­do ja­más des­apa­re­ce, sino que evo­lu­cio­na en nue­vas con­for­ma­cio­nes de sí. Y lo ha­ce en tres ac­tos a tra­vés del uso de tres téc­ni­cas de ani­ma­ción apa­ren­te­men­te ex­clu­yen­tes en­tre sí.

    En el pri­mer frag­men­to, Colorama, cuan­do el Professor Farnsworth des­cu­bra un co­me­ta de dia­mon­dium, el ma­te­rial só­li­do más fuer­te y bri­llan­te del uni­ver­so, ve­rá la opor­tu­ni­dad de po­der dar­le un bri­llo es­pe­cial a su dis­po­si­ti­vo del día fi­nal, pe­ro Fry ten­drá otros pla­nes. Usando el dis­po­si­ti­vo des­trui­rá el dia­man­te pa­ra así con­se­guir una pie­dra que sea la me­di­da exac­ta del amor que sien­te por Leela, co­sa que no con­se­gui­rá pe­ro, a cam­bio, sí ob­ten­drá un nue­vo co­lor de cu­ya exis­ten­cia an­tes no ha­bía no­ti­cia ‑que, en tan­to es en blan­co y ne­gro, no­so­tros no po­de­mos ver- y con­se­guir cris­ta­li­zar el mo­men­to pa­ra la eter­ni­dad, li­te­ral­men­te. En el se­gun­do epi­so­dio, Future Challenge 3000, el Professor Farnsworth con­si­gue una len­te de au­men­to de dia­mon­dium lo que le per­mi­te rea­li­zar la uni­fi­ca­ción de las teo­rías cien­tí­fi­cas lo cual, an­te la im­po­si­bi­li­dad de la ne­ce­si­dad de res­pon­der más pre­gun­tas, que­da huér­fano in­te­lec­tual­men­te. Finalmente em­pren­de­rá una in­ves­ti­ga­ción sui­ci­da que da­rá sen­ti­do a su vi­da: ¿por qué las le­yes del uni­ver­so son las que son? En el ter­cer y úl­ti­mo frag­men­to, Action Delivery Force, la Tierra se­rá in­va­di­da por unos alie­ni­ge­nas ado­ra­do­res del me­teo­ri­to des­trui­do por Fry los cua­les só­lo po­drán en­viar de vuel­ta a su pla­ne­ta a tra­vés del len­gua­je cor­po­ral, el úni­co idio­ma que son ca­pa­ces de com­pren­der. Lo in­tere­san­te de to­do es­to es co­mo al fi­nal to­do aca­ba siem­pre en el mis­mo pun­to: la im­po­si­bi­li­dad de lle­gar al pun­to fi­nal de lo cog­nos­ci­ble; de la trascendencia.

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  • el final es solo un momento del camino

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    Y aquí aca­ba por fin el es­pe­cial de Halloween de es­ta san­ta ca­sa. Ha si­do una se­ma­na ago­ta­do­ra, lle­na de con­te­ni­dos y unas co­la­bo­ra­cio­nes ex­cep­cio­na­les que han de­ja­do el lis­tón muy al­to pa­ra pró­xi­mos años pe­ro pa­ra eso aun que­da ca­si un año en­te­ro. Ahora so­lo les que­da de­lei­tar­se, re­pa­sar o leer las en­tra­das que les fal­tan de es­te ex­ce­len­te es­pe­cial que va cre­cien­do año tras año. Y es­pe­re­mos que du­re mu­chos años

    Guía de pos­teos en The Sky Was Pink.

    las ti­nie­blas se es­con­den en el seno de lo po­lí­ti­co (Música: Sedicion Punk/Garage di­rec­tos des­de México)
    nues­tros de­seos nos con­du­ci­rán a la os­cu­ri­dad (Colaboración de có­mic de Oh_Mike_God con el man­ga D.Gray-Man)
    en el ama­ri­llo re­sal­ta me­jor el ro­jo de tu san­gre (Serie de ani­ma­ción: La Casa del Horror XX de Los Simpson)
    aque­llos dul­ces ojos ino­cen­tes (One Hit Wonder: My Neighbor Satan de Boris)
    en­tre el amor y la ob­se­sión hay un nom­bre de mu­jer (Colaboración de ci­ne de Rak Zombie con The Loved Ones)
    la ca­sa co­mo car­cel pa­ra el amor per­di­do (Cine: la su­rrea­lis­ta pro­duc­ción ja­po­ne­sa Hausu)
    la ca­tár­ti­ca me­dia­ción del yo (Colaboración de one hit won­der de Francis Ruiz con Happiness In Slavery de Nine Inch Nails)
    ¿es que na­die va a pen­sar en los ni­ños? (Cómic: es­pe­cial Tales from the Crypt de Animaniacs)
    el ori­gen del ho­rror se es­con­de en nues­tras en­tre­te­las (Música: Zombie Zombie ver­sio­nan­do clá­si­cos de Carpenter en Zombie Zombie Plays John Carpenter)
    los vam­pi­ros, aun con dien­tes de sie­rra, vam­pi­ros se que­dan (Colaboración de vi­deo­jue­go de Dani Lain con Soul Reaver)
    en las que­ma­du­ras de ci­ga­rro es­tá el fin de la exis­ten­cia (Cine: un nue­vo clá­si­co de Carpenter, Cigarette Burns)
    la mu­jer de ro­jo (Colaboración de li­te­ra­tu­ra con un re­la­to ori­gi­nal de Yume de Sen Jin con ilus­tra­ción de Mikelodigas)
    el amor es una flor re­ga­da con san­gre (Cómic: adap­ta­ción de la pe­lí­cu­la Dracula de Bram Stroker)
    usa­gi to nō­sa­gi no mo­no­ga­ta­ri (One Hit Wonder: A Bunny’s Life de Monokron)
    pue­de vol­tear la ciu­dad pa­tas arri­ba si quie­re pe­ro no se man­ten­drá se­co (Colaboración de re­fle­xión de Yû Ä®àkî)
    tras la car­ca­ja­da: la na­da (Animación: los per­tur­ba­do­res ví­deos de Shintaro Kago)
    ¿qué es ha­llo­ween? (Colaboración de có­mic de Mikelodigas con un par de ti­ras có­mi­cas originales)

    Guía de pos­teos en Hellfire Within Me

    The Residents — Not Available (1978)
    Moldilox — The Drifting Classroom (2009)
    Monokrom — Tales Of Rabbits And Hares (2005)
    Varios Artistas — Hammer: The Studio That Dripped Blood! (2001) (Aun es­tan­do en Hellfire Within Me es tam­bién par­te de la co­la­bo­ra­ción de Mario Vírico pa­ra es­te especial)

    Y si pen­sa­ban que des­pués de 21 en­tra­das, que se di­ce pron­to, les de­ja­ría en una suer­te de coitus in­te­rrup­tus es­tán us­te­des más que equi­vo­ca­dí­si­mos. Así que aquí tie­nen una bre­ve, os­cu­ra y me­lan­có­li­ca se­sión de Halloween pa­ra que ade­re­ce la lec­tu­ra de es­te es­pe­cial o lo que más les plaz­ca, fal­ta­ría más. Ah, la trac­klist es­tá des­pués del sal­to. Ya so­lo me que­da de­sear­les una es­tu­pen­da no­che de Halloween, que pa­sen mu­chí­si­mo mie­do y se di­vier­tan tan­tí­si­mo con no­so­tros co­mo sin no­so­tros. Nos en­con­tra­re­mos de nue­vo en los in­te­rreg­nos del pró­xi­mo nue­vo año.

    [sound­cloud url=«http://api.soundcloud.com/tracks/6572580»]

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  • tras la carcajada: la nada

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    Cuando nos en­con­tra­mos an­te lo ab­so­lu­ta­men­te ate­rra­dor so­lo que­da el in­ten­tar ra­cio­na­li­zar­lo pa­ra po­der in­ten­tar en­ten­der­lo pe­ro si de­más es ab­sur­do so­lo nos que­da la ri­sa pa­ra eva­dir­nos de una reali­dad im­po­si­ble. En pro­du­cir­nos es­to se­gun­do es ex­per­to el auto-denominado man­ga­ka de la mier­da, Shintaro Kago.

    Pero no va­mos a ha­blar de sus có­mics sino de sus pe­que­ñas pie­zas de ani­ma­ción que se pue­den en­con­trar en su cuen­ta de you­tu­be. Pequeños pe­da­zos de ho­rror in­com­pren­si­ble se des­plie­gan an­te nues­tros ojos en­tre lo obs­ceno y lo ri­si­ble ha­cién­do­nos sen­tir en cier­ta me­di­da cul­pa­bles por reír­nos an­te las su­rrea­les pe­ro fu­nes­tas con­se­cuen­cias en la sa­lud de los per­so­na­jes de Kago. Su hu­mor ba­sa­do en el su­fri­mien­to y en el más di­fi­cil to­da­vía del ab­sur­do in­co­mo­da­rá, pro­ba­ble­men­te, in­clu­so a men­tes acos­tum­bra­das a es­tos dan­tes­cos es­ce­na­rios del caos. Los no acos­tum­bra­dos y los bien pen­san­tes que se acer­quen en­ar­bo­la­rán la ban­de­ra del res­pe­to y le acu­sa­rán de mons­truo mi­só­gino que de­be­ría ser cen­su­ra­do no una sino mil ve­ces ya que per­tur­ba la men­te de los jó­ve­nes. Por su­pues­to ani­mo des­de aquí a ver­los in­clu­so a quie­nes sa­ben de an­te­mano que les des­agra­da­rá pues so­lo así se po­drán sen­tir sa­tis­fe­chos re­go­deán­do­se en la cra­pu­len­cia de sus con­vic­cio­nes cen­su­ra­do­ras. Y si al­guien se que­da con cu­rio­si­dad, tal que aquí pue­de ver co­mo se di­se­ña un có­mic de es­te gran artista.

    Tanto el hu­mor co­mo el te­rror son ar­te aun­que re­sul­ten in­có­mo­dos o vio­len­ten a al­gu­nos su­je­tos in­ca­pa­ces de en­ten­der­lo. Y es que más allá del hu­mor so­lo que­da el ári­do mun­do de la de­ses­pe­ra­ción úl­ti­ma del al­ma hu­ma­na arrojada.