Dr. Ikkaku Ochi Collection, de Akimitsu Naruyama (Ed.)
La presunción de la imagen científica como una forma de control y exclusión social es tan certera como inexacta: en tanto imagen necesariamente imprime una serie de valores que van más allá de los usos ‑por otra parte, creativos- que se hagan de ellas; una imagen es una imagen independientemente de la tipología específica que se le aplique. En este libro podemos encontrar estas conformaciones de forma cristalina debido a, principalmente, su capacidad para desenmascarar sin palabras condiciones específicas del cuerpo como objeto contenedor de otro objeto. El Dr. Ikkaku Ochi Collection nos demuestra como la imagen científica es capaz de retratar tanto la descomposición mutante de un objeto, el cuerpo, a la par que la composición desnuda de otro objeto, la razón humana.
La génesis del libro ya es, de hecho, una conformación de la consecución de imágenes singulares que reflejan el contorno y el dintorno de la condición humana. Akimitsu Naruyama, en cierta ocasión, encontró como por casualidad en un edificio abandonado una caja de misterioso contenido; la madera laqueada, la inscripción casi indescifrable y la aura de antigüedad, de imperfección mística, lo hacían un objeto maravilloso y arcano. Dentro un grupo de un par de cientos de fotos daban a luz a un trabajo minucioso de investigación de las deformidades físicas durante la era Meiji. Como si de un mito se tratara la caja misteriosa, al ser abierta, descubrió una realidad nueva para el mundo, aunque siempre estuviera presente. Un acontecer más allá de Lo Normal.