A Totally Fun Thing That Bart Will Never Do Again, de The Simpsons
Una de las problemáticas que más nos preocupan y que resultan más arcanas para el filósofo medio es el tema de la diversión ‑lo cual, por otra parte, no debería extrañarnos: el filósofo medio es un sujeto igualmente arcano para la diversión. Quizás por ello toda reflexión sobre la diversión que se ha hecho hasta el momento radica más desde la crítica o ensalzamiento del ocio, siempre como antítesis o continuación alienante del trabajo que por algo con interés por sí mismo; parece ser imposible concebir a la diversión en un factum propio. Quizás el caso más extremo sea el de Blaise Pascal al afirmar que el hombre pierde su vida en la diversión ya que con eso lo único que hace es obnubilar su mente para no pensar en la muerte, lo cual le lleva a perder el tiempo que podría haber aprovechado de un modo productivo. ¿Qué es la vida cómo existencia productiva? Las matemáticas o la teología, nos diría Pascal, porque de hecho el único sentido para la vida en esta visión de la diversión ‑que, no se dejen engañar, es la predominante en nuestra sociedad- es ser productivos, hacer lo correcto en tanto normativamente adecuado.
Es por ello que Los Simpson tienen mucho que decir en tanto no sólo radiografía de la sociedad, sino brújula ética de como vivir una vida buena en el espíritu hedonista más puro de Montaigne. La familia amarilla de América, a día de hoy, es el puntero exacto de las filias y fobias, de lo mejor y lo peor, de una sociedad que nos resulta mimética a toda la occidentalidad y, por extensión, no dejan de ser un retrato donde nos vemos reflejados con una constancia sistemática; si en algún lado quisiéramos ver fehacientemente como es la vida de nuestro tiempo satirizando todo ello hasta llevarlo a un terreno de lo absurdo donde nos enseñen por qué son estúpidos esos pareceres, es en Los Simpson. Sólo en la familia más famosa de Springfield, por su extensa mitología, hay una caracterización de lo real que sobrepone lo real mismo para hacerse sugerencia ética sin caer en la moral.