A pesar de que la creencia popular y nuestra percepción fenoménica inmediata digan lo contrario, quedarse en la idea de que existe un único mundo realmente existente es tan pobre como equivocado. Si entendemos que un mundo es una red de referencias que existe en tanto vivida, que sólo existe mundo donde hay personas que lo interpreten —y, por extensión, no hablamos de mundo en términos físicos; el mundo es aquello que se da en la experiencia, en un perpetuo devenir, que debe ser interpretado de forma constante — , decir que sólo existe un mundo nos sitúa en medio de un contrasentido; en tanto existen formas artísticas, composiciones de la imaginación que remiten a nuestro mundo en algún grado pero no son nuestro mundo, existen mundos posibles externos al nuestro propio: el cine, la literatura y los videojuegos, pero también la pintura, la escultura o la performance, todo arte en general, crean las condiciones de un mundo propio conectado pero independiente al nuestro propio. Toda obra de arte crea su propia condición de mundo. Y éstos existen en tanto son vividos por aquel que se aproxima a ellos; nuestro mundo da soporte a otros mundos aun cuando se encuentran como independientes: nosotros insuflamos de vida otros mundos, pero éstos son ontológicamente equivalentes al nuestro. No existe dios (artista) creador en el mundo.
El correlato directo que encontramos a esto se daría en ¡Rompe Ralph! cuando nos encontramos dos niveles ontológicos, dos niveles existenciales lógicos (el mundo real, el mundo del videojuego), que no tienen una supremacía el uno sobre el otro sino que existen al mismo tiempo. El mundo de los videojuegos existe siempre, porque no desaparece Ralph cuando nadie está jugando contra él, pero se ven afectados de forma radical por nuestro mundo en tanto es en éste en donde se les insufla de vida; un videojuego mientras no es jugado tiene una vida porque está conectado al mundo real: ya que Estación Central, que sería una regleta eléctrica, interconecta entre sí todas las máquinas de la sala recreativa; sólo en tanto están conectadas, están en uso constante, están siendo jugadas, existen: cuando una máquina se desconecta, una parte del mundo muere con ella. Los mundos existen en tanto conectados, en tanto parte de una red de referencias.