El amo no es tal en tanto que sólo es reconocido como tal por el esclavo pero siempre cabe la absurda posibilidad de que el amo reconozca al esclavo como ser en si para poder ser él reconocido a su vez como tal. Por supuesto esto sólo ocurriría mediante subterfugios y falsas verdades, como un intento de engañarse, «ellos no son esclavos, son sirvientes que nacieron en una posición inferior por pura fortuna» Justo la actitud que tienen algunos directores de Hollywood con la humanidad entera según el primer capítulo de la soberbia serie Extras.
Extras comienza en su primer capítulo con Ben Stiller dirigiendo un drama bélico. Al poco de empezar insiste en recalcarnos la necesidad de contar la historia de Goran, un hombre que perdió todo en la guerra de los Balcanes. Rodar una película sobre los genocidios en los países del este es el único modo de impedir la perpetuación de esa tragedia. Esta película, la hacemos todos por Goran. Él es el director que escondiéndose detrás de falsas proclamas del hacerse portador de la Verdad y la Historia ‑ya que, como todos sabemos, es un héroe que devuelve su esencia al esclavo‑, ejerce de tirano para contar una historia que no es suya, pero se apropia de ella como único valedor. El es Ben Stiller, tú no eres nadie. Y lo sabes. No importa si hay que maltratar psicológicamente a un niño o físicamente a una anciana. Es Ben Stiller, es el director de Hollywood, es el Demiurgo y tú tienes que amoldarte a su obra magna, su realidad. Y todo acaba estallando, por unas líneas que exige un actor a través de Goran, pero él es el director de Hollywood y Goran sólo uno más. Es el gilipollas que se apropia de una realidad coral como si fuera una expresión exclusiva de sí mismo, como una visión única del todo. Es el monarca de un reino flotante, inexistente, que se niega a ver la realidad; el rey va desnudo y no tiene reino.