Human Bodies, de Musealia
Aunque se nos pretenda vender lo contrario la idea del ser humano como una máquina perfecta no sería algo aceptado, siquiera mínimamente, hasta el siglo XVII con el maquinismo cartesiano. En eso influiría tanto el nuevo rumbo de las ciencias naturales a partir de Galileo y las investigaciones anatómicas de las conformaciones animales y humanas; en el momento que se acepta una ciencia positiva en progreso acumulativo a través de la observación se crea un nuevo paradigma para el hombre. De éste modo no estamos insuflados de vida por una entidad superior ya que, como iríamos descubrimiento lentamente, los mecanismos del cuerpo son perfectamente auto-suficientes con respecto de una fuerza externa trascendental que les de cuerda. Lo interesante de este maquinismo, de éste ser máquina, es como lleva asociado toda una serie de visiones cientifistas con respecto del cuerpo.
Human Bodies, la exposición que nos atañe en esta ocasión, nos presente como funciona la máquina física animal como una identidad positiva; la presentación que se hace desde la ciencia del cuerpo no es un modelo de los cuerpos, si no un modelo de los cuerpos ideales. De éste modo los cuerpos plastificados que encontramos, las diferentes partes obliteradas de toda significación maquinal, son presentadas como piezas desengarzadas de un todo funcional. La máquina se nos desgrana metódicamente para que podamos verla en todas sus disposiciones ulteriores aunque, para ello, deba descontextualizar toda noción posible de la función, y por tanto de la identidad, de tales objetos orgánicos.