Etiqueta: M83

  • el viaje del héroe continua

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    Llegamos ya a la ter­ce­ra y úl­ti­ma en­tre­vis­ta de es­ta tri­lo­gía con Marlon Dean Clift. Esta vez abor­da­mos el ex­ce­len­te dis­co co­no­ci­do co­mo Suddenly, Last Summer que pue­den en­con­trar y des­car­gar de for­ma gra­tui­ta tal que aquí. Hablamos de in­fluen­cias del ci­ne, lo pai­sa­jís­ti­co, lo in­tem­po­ral y nos hun­di­mos en los cam­pos pu­ra­men­te mu­si­ca­les pa­ra en­con­trar una vi­sión ab­so­lu­ta­men­te per­so­nal de la mú­si­ca y del mun­do. No se pier­den por na­da del mun­do el fi­nal de una se­rie de en­tre­vis­tas he­chas des­de lo más hon­do de las en­tra­ñas. Y re­cuer­den leer las otras dos par­tes: Almost Ghost y Heavenly Creatures.

    A. Siento una es­pe­cial fas­ci­na­ción por Suddenly, Last Summer de­bi­do a que ten­go la sen­sa­ción de que es­tá muy pre­sen­te el te­ma de fu­ti­li­dad. La mú­si­ca, el co­mo se va de­sa­rro­llan­do to­do, ca­si pa­re­ce una acep­ta­ción de lo vo­la­ti­les ‑aun cuan­do maravillosos- que son los sen­ti­mien­tos hu­ma­nos. ¿Hay qui­zás al­go de es­to en el disco?

    M. Sí, la ima­gen del ve­rano es­tá ahí por eso, pe­ro tam­bién pa­ra se­ña­lar un com­po­nen­te trá­gi­co, no ex­plí­ci­to, que se ha­lla pre­sen­te a lo lar­go de to­do el dis­co. La idea en­ton­ces era com­pri­mir una se­rie de su­ce­sos que tie­nen lu­gar du­ran­te un ve­rano, fa­tí­di­co, co­mo in­di­ca el pro­pio título.

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  • la explosión de la brutalidad mimética

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    La vio­len­cia y la mú­si­ca com­par­ten una pe­cu­liar fa­ci­li­dad pa­ra el es­ta­lli­do es­pon­ta­neo por la más mí­ni­ma mi­nu­cia. Uno es­ta tran­qui­la­men­te y por cual­quier ton­te­ría es­ta­lla en una ola de ira ho­mi­ci­da que aca­ba, en el me­jor los ca­sos, con al­gu­na na­riz ro­ta. El equi­va­len­te mu­si­cal se­ría We Were Exploding Anyway el nue­vo dis­co de 65daysofstatic y la cau­sa, el vi­ra­je ha­cia la electrónica.

    Melódicos y pre­cio­sis­tas pia­nos, li­ge­ros to­ques de glitch, gui­ta­rras eter­nas ma­te­ma­ti­za­das y am­bien­tes so­bre ace­le­ra­dos mar­ca de la ca­sa vuel­ven con pul­cri­tud y pre­mu­ra. Pero en­tre to­dos ellos nos en­con­tra­mos el es­pí­ri­tu ba­llar­diano de M83. Con ele­men­tos elec­tró­ni­cos más pre­do­mi­nan­tes y unas at­mós­fe­ras so­bre­car­ga­das y as­fi­xian­tes, caos rui­dis­ta de mu­ros blan­cos va des­gra­nan­do el dis­co más ecléc­ti­co del gru­po. Desde el ex­ce­so techno con gui­ta­rras post-rock de es­pí­ri­tu cy­ber­punk has­ta la mi­li­me­tri­za­da bru­tal des­truc­ción que pro­vo­ca la ex­tra­va­gan­te Piano Fights no nos de­jan ni un se­gun­do de res­pi­ro. Y en to­do mo­men­to no de­ja de sus­ci­tar­nos una cier­ta ca­li­dez a pe­sar de to­do el caos que en­gen­dran en una pro­gre­sión ca­si cuán­ti­ca de es­ta con­se­cu­ción de im­plo­sio­nes matematizadas.

    Respetando su es­ti­lo úni­co y pi­co­tean­do lo me­jor de la elec­tró­ni­ca, des­de M83 has­ta al Aphex Twin más acid, nos dan un en­co­mia­ble y per­fec­to ac­ci­den­te con­tro­la­do. Saluden a su nue­vo rey, la hi­bri­da­ción del es­ti­lo en la sus­tan­cia mis­ma de la violencia.

  • viaje al centro de M83

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    Debido a la den­si­dad del post pue­den es­cu­char una ilus­tra­ti­va lis­ta de Spotify que les guia­rá y des­gra­na­rá to­do es­te aná­li­sis aquí

    Messier 83 es una pre­cio­sa ga­la­xia en for­ma de es­pi­ral que, por su pro­pia for­ma, pa­re­ce que es­té in­ten­tan­do es­ca­par de si mis­ma. Esto es un po­co lo que pa­sa con el gru­po que hoy nos ocu­pa y cu­yo nom­bre de­be a es­ta ga­la­xia, M83.

    El gru­po M83 sur­ge en la pri­ma­ve­ra del 2001 y ya el 18 de Abril de ese mis­mo año sa­can su pri­mer dis­co, el ho­mó­ni­mo M83 pu­bli­ca­do por el se­llo con el que han tra­ba­ja­do siem­pre, Gooom. En es­tos co­mien­zos el gru­po es aun esen­cial­men­te dos, el shoe­ga­zer os­cu­ro y vio­len­to Anthony Gonzalez y el apa­sio­na­do de la elec­tró­ni­ca de bai­le lu­mi­no­so y vi­ta­lis­ta Nicolas Fromageau. En es­te pri­mer dis­co ya em­pe­za­mos a pre­sen­ciar una cons­tan­te en sus pri­me­ros tra­ba­jos, la ba­ta­lla de egos de am­bos músicos.

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