Orgullo y Satisfacción
¡Caramba!
2014
Supervisar la manera de actuar de los demás supone un gesto desagradable en sociedad; aunque a veces resulta necesario, la mayor parte de las ocasiones sólo sirve para regular el ámbito social según los intereses creados de unos pocos. Aquellos con autoridad como para imponer su cosmovisión. Cabría entender entonces la diferencia entre el censor, aquel que vigila de forma activa que el comportamiento de los demás se pliegue a los intereses del poder, y la figura familiar, aquel que actúa de modo paternal para intentar encauzar comportamientos que pudieran considerarse como perjudiciales o patológicos para el propio interesado. Censura es, por tanto, sólo cuando se pretende eliminar un comportamiento o pensamiento porque no se pliega a los intereses particulares de aquellos que ostentan el poder.