topografía del ser a través de la música
Para conocer algo en profundidad debemos hacer un estudio topográfico de ese elemento; es necesario estudiarlo en todas sus diferentes capas de sedimentación para poder determinar la forma auténtica que sustenta en su interior. He ahí que en un discurso, como en una persona, se deba practicar una excavación profunda, de principio a fin, como modo de dilucidar el complejo devenir del ser a través de los diferentes estratos que se van solapando entre sí. Esta practica comenzaremos aquí con Heavy Metal Me de Boris a través de los diferentes videos que se aglutinan en su seno.
El comienzo espectacular a través de A Bao A Qu nos enseña un tránsito errante que comienza en el estatismo sereno de todos los elementos de sus escenas, en los cuales, hay una absoluta ausencia de evolución a través de su velocidad inercial nula; no hay cambio ni devenir. Como en la leyenda del A Bao A Qu, donde la formación del mismo sólo se da en la lenta escalada de la torre de aquellos que son de corazón puro, lentamente se va conformando la canción a través de una velocidad ascendente manifestándose como tal sólo hacia la mitad del trayecto. Este viaje en paralelo con la entidad borgiana se remata hacia el final cuando todo se derrama con una furia destructiva, con el A Bao A Qu conformado en identidad completa, cayendo por las escaleras de forma estrepitosa; el final es el devenir completo que lo es sólo en su regresión.
La espectacularidad de todas las capas que se van superponiendo en la canción, que van creando al A Bao A Qu en su evolución, se da en la conjunción de la música y la imagen pues, en ambos casos, lo que define su identidad es la diferencia de ritmos. Las ramas de árbol flotando a diferentes velocidades, como los instrumentos volando sobre las notas con velocidad dispar, nos definen esa identidad múltiple de la identidad hasta estallar. Cuando sobrepasa la puerta y sólo queda el ruido blanco en conjunto con la pantalla en negro, aunque el ser se haya constituido y haya dejado de ser ya, ha dejado su condición misma impresa en el mundo.