Otra semana más, otra entrega de Colores prohibidos. Y si bien en esta ocasión viene sensiblemente más exigua, todavía hay bastante de lo que hablar. Por ejemplo, de Death Note. También sobre un puñado de películas de culto y, de paso, de una película recién estrenada que tiene todas las papeletas para convertirse en futura referencia universal. Pero lo más importante es que ha regresado Studio Suicide, el blog musical donde vamos cribando lo mejor (y a veces, lo simplemente interesante o la novedad que toque defenestrar) del ámbito musical contemporáneo. Especialmente de esos márgenes, ya sean por extremos o por no anglosajones, que otros suelen olvidarse de trillar.
Por otro lado, ha sido una semana de buenos textos ajenos. Ya sea para hablar de videojuegos, píxeles y hostias como panes, o para hablar de libros, esa futura película de culto ya nombrada o el problema del capitalismo en su enésima forma adquirida, no será esta semana cuando nos quedemos cortos en lecturas recomendadas para quien tenga necesidades más allá de los textos del autor de este blog.
Dicho eso, como siempre, damos paso al resumen. No sin recordar antes que, la semana que viene, volverá Colores prohibidos. Y, con un poco de suerte, lo hará con un poco más de contenido.