Una de las cualidades humanas más (im)pertinentes es la necesidad de aceptación en la sociedad pues, en tanto entes gregarios que no podríamos vivir en un estado de naturaleza, necesitamos de los otros para sobrevivir. Esto no tarda en mal entenderse como la necesidad de aceptación personal, que no social, por parte de los otros; la mayor parte de las personas necesitan mimetizarse con la masa como método de rehuir su condición mortal. Por ello no es extraño pensar que en la cultura haya un paralelismo evidente, hay un intento continuo de homogeneización de la cultura; si algo se encuentra fuera de esta y se puede incluir en ella, se la incluye. Por eso no nos extraña la declaración de que Noruega enseñará a sus diplomáticos las bondades del Black Metal. La popularidad del black metal fuera de Noruega está fuera de toda duda desde hace ya un par de décadas, pero siempre se ha mantenido en la más estricta de las esferas: el underground más recalcitrante. ¿Cuando se ha dado este salto hacia el mainstream? Se podrían dar varios puntos pero nos centraremos en tres: el académico, el artístico y el social-musical.
Con respecto al académico desde hace algunos años hay un interés particular en los estudios del black metal en las ciencias humanas en general y en la filosofía en particular; hay una búsqueda de nuevos campos de estudio con nexos con los antiguos. Así el black metal era un candidato ideal como demuestran la existencia del Black Metal Theory Simposium ‑donde participaron autores de la talla de Reza Negarestani o Erik Butler- o la revista de estudios de Black Metal, Helvete. Este repentino interés no es casual ya que el black metal aborda tanto temas de interés general ‑lo vital, la destrucción, la oscuridad, el mal, el papel de la religión en la sociedad- como temas puramente contemporáneos ‑los límites del pensamiento, realidades paralelas, hibridación contextual, etc.- además de recuperar influencias de la “alta cultura”, del romanticismo y el barroco en particular; híbrida en su seno múltiples nexos comunes de estudio que facilita su estudio. Aun con todo, no nos engañemos, la pasión académica por algo está muy lejos de alzar al mainstream ese algo.