Es innegable que la sociedad tiene un problema con la infancia. No hace falta más que leer los periódicos. Cualquier adulto con intereses culturales o cuya vida no orbite alrededor de la idea de la familia tradicional y el trabajo fijo es considerado inmaduro. Cualquier niño que se precie debe tener, además de las clases obligatorias, no menos de dos o tres actividades extracurriculares. Aprender inglés. Aprender chino. Hacer cualquier cosa menos jugar. Descubrir el mundo. Ser un niño.
Todo gira alrededor del trabajo. De la productividad. Y eso hace que, lo peor que pueda ser una persona, es ser un niño. Un ente improductivo.