el hastio y la banalidad son hijos de la maravilla

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La si­guien­te en­tra­da es una trans­crip­ción de una con­ver­sa­ción man­te­ni­da en­tre Yû Araki y Álvaro Mortem en el chat de gmail el 27 de Marzo de 2011. En ella des­en­tra­ñan sus im­pre­sio­nes so­bre Richard Yates, una no­ve­la de Tao Lin pu­bli­ca­da por Alpha Decay; la ilus­tra­ción de ca­be­ce­ra per­te­ne­ce a Tao Lin.

4:16 PM

Yo: Hola
¿po­de­mos ha­blar aho­ra del li­bro de Tao Lin?
Araki: ¿De Richard Yates?
Nunca ima­gi­né que lo pu­bli­ca­ría Alpha Decay.
Yo: Sí.
Por eso te lo de­je, ¿no?
A mí no me extraño.
Araki: Vale.
En cier­ta me­di­da es na­tu­ral, quizás.

4:17 PM

Yo: Pero ahí ra­di­ca una de las acu­sa­cio­nes clá­si­cas de Tao Lin; de hipster.
No lo es.
Pero cla­ro, Alpha Decay tie­ne el San Benito ‑o la virtud- de con­si­de­rar­se edi­to­rial de tendencias.
Araki: Tampoco pue­des ne­gar que lo sea.
Yo: No puedo.
Araki: Lo es.
Yo: Sí.
Araki: No ima­gino el es­ti­lo qui­rúr­gi­co de Tao Lin en otra editorial.
Yo: No podría.

4:18 PM

Su es­ti­lo es muy personal.
Heredero de que sea to­do con­ver­sa­cio­nes de gmail.
Araki: En cier­ta me­di­da es co­mo bio­grá­fi­co.
Yo: Es biográfico.
Araki: Cierto.

4:19 PM

Yo: Dakota Fanning y Haley Joel Osment son reales pa­ra mí.
Como lo es mi háms­ter Kojève.
Araki: Tu no tie­nes háms­ter, no exis­te.
Yo: Lo sé.
Araki: Pero los per­so­na­jes son así.
No exis­ten, pe­ro po­drían ser reales.
Son con­di­cio­nes de fac­ti­ci­dad; no son pe­ro po­drían ser.

4:20 PM

Yo: Son más reales que la ma­yo­ría de per­so­nas que conozco.
Araki: Para mí son más reales que tú.
Yo: Ese es el mé­ri­to de Tao Lin, re­tra­ta la reali­dad de su tiempo.
A ve­ces he si­do co­mo Haley Joel Osment.
Me sen­tí identificado.
Araki: Es una no­ve­la generacional.

4:21 PM

Yo: Tiene una pro­sa ta­jan­te, afilada.
Araki: Produce cor­tes en el lector.
Como en los mus­los de Dakota Fanning.
Yo: No ha­gas spoilers.
Araki: Lo siento.
Además, no son los per­so­na­jes reales.
Yo: Cualquier pa­re­ci­do con los ac­to­res más allá del nom­bre es casualidad.
Araki: Sí.

4:22 PM

Y es bas­tan­te triste.
Yo: Sólo en la me­di­da que un ado­les­cen­te es triste.
Esa ne­ce­si­dad de es­tar triste.
Araki: Claro.
Yo: Pero tam­bién es gracioso.
Necesariamente gracioso.
Araki: Casi pa­re­ce Samuel Beckett.
Podría serlo.
Yo:

4:23 PM

Araki: ¿Sabes por qué se lla­ma Richard Yates?
Yo: Así se lla­ma el au­tor de Revolutionary Road.
Tao Lin es co­mo su he­re­de­ro espiritual.
Ambos re­pre­sen­tan el mun­do in­ci­pien­te que ya es­tá aquí.
Araki: Sí.
Pero es co­mo en los emails.
Pones cual­quier ba­na­li­dad en el remitente.
Yo: Todos lo hacemos.

4:24 PM

Araki: Son nihilistas.
Yo: Positivos.
Destruyen co­mo for­ma de creación.
Araki: A tra­vés del chat de gmail.
Yo: Como nosotros.
Araki: Quizás.

4:25 PM

Yo: Es co­mo un mo­nó­lo­go absurdo.
Inconcluso.
Araki: Inconexo.
Yo: Como el chat.
Pero tam­bién co­mo la vida.
No lo sé.
Araki: Quizás.

4:26 PM

Yo: Todo es ma­ra­vi­llo­sa­men­te banal.
Araki: Salvo lo banal.
Yo: Eso es, pre­ci­sa­men­te, lo más dul­ce­men­te maravilloso.

4:27 PM

Araki: Me voy. Estoy cansado.
Luego hablamos.
Yo: Pásalo bien.
Araki: Adiós.
Yo: Adiós nun­ca. Hasta luego.
Siempre.

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