La mecánica del arte es la interpretación primera en sí de sus interioridades
You Have To Burn The Rope, de Kian Bashir
1. Interpretación del jugador medio.
Eres un bicho rosa con bombín que tiene que matar a un cilindro negro que parece un alga gigante que escupe burbujas de detergente. Quemas la cuerda que sostiene la lampara de araña y lo matas. Fin.
Nota: 6⁄10
2. Interpretación pajera.
Eres un señor de color rosa con bombín y botines anaranjados que, si no me falla la intuición son de charol; el estilo es todo lo que necesita un héroe para construir su camino. Nada más. Después de caer en un profundo abismo, como Gandalf combatiendo en las más profundas de las tinieblas contra el maligno balrog depositado en el seno de las Minas Moria, caerás intacto en el suelo por el rechoncho poderío de tu cuerpo para atravesar un infinito pasillo para combatir el fin último de tu existencia: el Coloso Sonriente. Un siniestro cilindro negro gigante, carente de cualquier clase de extremidades, te intentará destruir con la fiereza propia de un amok que sólo parará cuando pruebe su propia sangre; la muerte es la única opción ante tan monstruosa criatura. Después de lanzar una cantidad infinita casi de hachas, una herencia familiar devorada por la siniestra sonrisa de la criatura del averno ante ti, recordaste la profecía: Quema la cuerda. Con valor te enfrentaras el abraviso ambiente de la sala, invocando una prodigiosa lanza a la cual prenderás fuego para saltar… y liberar a la humanidad de su funesto destino vía incrustación de lámpara de araña en el cráneo de la sonriente bestia. Eres un héroe.
Nota: 6⁄10